7º Congreso nacional de LAB
«Es clave integrar a mujeres y jóvenes en la lucha sindical»
Ha conseguido el 90% de respaldo en el recién finalizado 7º Congreso Nacional de LAB. Es la primera mujer que asume ese cargo. Se plantea nuevos retos en lo económico, en lo social y en lo político para que la clase trabajadora sea protagonista de un nuevo escenario. Una de las tareas primordiales será activar la lucha por la igualdad de las mujeres en el mundo laboral.
Ha recibido el testigo de dirigir el sindicato LAB durante los próximos años. Una mujer al frente de un sindicato de clase no es frecuente. Sin embargo, significa un paso adelante de LAB, un sindicato de clase, reivindicativo y comprometido con la lucha de liberación de Euskal Herria. Ainhoa Etxaide, más tranquila, tras superar el 7º Congreso Nacional, tratará de implicar más al sindicato en la igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer para que termine la discriminación.
Es infrecuente ver a una mujer al frente de un sindicato de clase, ¿es un avance?
Cuando presentamos el congreso no pensamos que este tema iba a tener tal dimensión. Me lo planteo como un reto y una responsabilidad. Reto, porque es una nueva responsabilidad, pero, a la vez, ser mujer en una secretaría general debe tener un valor añadido a la hora de abordar esa responsabilidad y sus funciones.
¿Qué camino va a tomar LAB a partir del Congreso?
La primera de las tres grandes referencias del congreso es ser un sujeto activo, a la hora de abordar una fase de nuevos cambios necesarios en Euskal Herria y hacer aportación real y efectiva para asumir la realidad de la clase trabajadora. El segundo elemento va a ser ganar efectividad en nuestro trabajo e intervención al servicio de la clase trabajadora para que sean esos trabajadores los protagonistas reales de la evolución de Euskal Herria. El tercer eje debe ser un referente de lucha. Es sabido que no vemos viabilidad alguna al sindicato de acompañamiento que intenta ir por la vía del consenso en este neoliberalismo brutal.
¿Se van a restablecer las relaciones de hace años con ELA?
Con ELA tenemos que abordar las dificultades que en este momento existen para superar la distancia entre los dos sindicatos. Espero que la nueva dirección sea capaz de abordar estos debates con perspectiva abierta y sin límites. Los abordaremos con la aspiración y la decisión de que sí vamos a ser capaces de abrir una nueva fase de colaboración sindical desde la convicción de la experiencia en la anterior fase, que dio unos frutos, que fueron buenos para los trabajadores y, en estos momentos, hay una necesidad real de avanzar hacia una colaboración sindical que convierta al sindicalismo abertzale en un motor de cambio en este país, a nivel político, social y económico.
¿La desaceleración económica que asoma puede favorecer esa vuelta a la unidad de acción?
Opino que la teoría de que «cuando peor mejor» no ha funcionado bien en la clase trabajadora. No es verdad que cuando peor es la crisis, mayor será la apuesta por la lucha de los trabajadores. En una situación de crisis la protección es más necesaria que nunca y desde ese punto de vista tenemos que abordar la relaciones entre los sindicatos, pero no sé si es un factor positivo o negativo. Se añade a lo que tiene que ser la demanda de ir a nuevos espacios de colaboración, pero en sí mismo no supone una salida.
¿Cuál es el reto en materia de representatividad sindical que se fija en esta etapa?
Cada vez que llegan los ciclos electorales se ha comprobado que LAB es el único sindicato que siempre ha crecido y no quisiera ser la secretaria general que rompe a esa tendencia. Seguir creciendo, porque hay mucho potencial y todavía hay mucho espacio nuevo. LAB tiene y puede hacer oferta y estamos seguros de que va a ser respaldada por muchos trabajadores.
¿Como cual?
Hay dos retos, como es el ir superando los desequilibrios que tenemos entre territorios. Otro es la implementación del sindicato en lo que son grandes centros urbanos, como Ezkerraldea, en sectores muy concretos, muy atomizados, donde es más difícil desarrollar el modelo sindical. Nuestro reto es avanzar y evolucionar en ser sindicato nacional. Es cierto que estamos en los siete territorios de Euskal Herria y tenemos que hacer una oferta global para avanzar como pueblo y eso requiere profundizar más en el carácter nacional.
¿Hay diferencias territoriales?
Tenemos que ser capaces de analizar las especifidades territoriales y hacer un sindicato con una oferta real como instrumento para cualquier trabajador, trabaje donde trabaje y viva donde viva.
Ha hecho mucho hincapié en el tema de la mujer, la igualdad y la discriminación que sufre. ¿Qué va a hacer?
LAB tiene que un instrumento eficaz de lucha para abordar la realidad laboral y social que vive la mitad de la sociedad, es decir, las mujeres. En los ocho años anteriores se han dado pasos, pero los cuatro próximos años deben servirnos para dar nuevos pasos cualitativos que aborden la realidad de la mujer en el trabajo.
¿La clase trabajadora se está desinhibiendo de la problemática sociolaboral?
Creo que el neoliberalismo es un modelo social, político, económico e ideológico eficaz a la hora de condicionar y, en muchos casos, desactivar la capacidad de lucha de la clase trabajadora y que hay una estrategia integral para desactivarla. Desde la utilización de la precariedad como instrumento desac-tivador a plantear que la militancia es algo malo.
¿Los trabajadores se rebelan?
Hay trabajadores que se rebelan ante esa situación y en Euskal Herria están dispuestos a luchar por encima de esa realidad para cambiarla. Desde luego, creo que puede haber una estrategia de desactivación que tiene sus consecuencias, pero no quita que la clase trabajadora en sí tenga capacidad suficiente para ser un motor de cambio en la sociedad.
¿Qué hacer ante eso?
Lo que nos corresponde a los sindicatos es ser capaces de liderar esa capacidad y hacer planteamientos que reactiven a los trabajadores. Porque entendemos que tenemos la fuerza suficiente para ser protagonistas de un cambio. Debemos ser capaces de vehiculizar esa fuerza, ya que está en nuestras manos.
¿La precariedad, en este caso, afecta más los jóvenes y a la mujer?
Hay dos temas. Uno, la precariedad y la vivienda, que son dos problemáticas sociales que repercuten en las condiciones de vida y en las condiciones de lucha. Estar condenado a cadena perpetua con una hipoteca, te obliga a aceptar condiciones laborales como las que están imponiendo, totalmente precarias. No hay recetas ni varitas mágicas. La clave es integrar a los jóvenes y las mujeres en la lucha para favorecer ese cambio. La otra es que los trabajadores que sí tienen garantizado su estatus en el mercado laboral y sí son sujetos de la lucha asuman la responsabilidad de liderar o de ser vanguardia de una lucha más general, no por su situación sino por la situación terrible y precaria de los trabajadores en general.
Creo que no hay voluntad de apostar por un sector público potente como pieza principal de un modelo social y económico que reconozca, respete y garantice los derechos de los trabajadores. Si no se apuesta por un modelo público, se le deja al mercado la capacidad de regular, efectivamente, así no habrá sistema público de pensiones. La campaña de apoyo a las EPSV es una apuesta por una privatización del modelo.
Juanjo BASTERRA
¿El futuro de las pensiones está en entredicho?
Dependerá de la voluntad y la intención política que tengan los gobernantes. Porque, en sí, económicamente no tiene por qué ser inviable un sistema de pensiones público, si se aborda con el criterio de reparto de la riqueza. No creo que el debate sea que ante la inviabilidad económica del sistema de pensiones, si necesitamos más o menos inmigrantes o quién va a pagar las pensiones. Llevamos décadas de crecimiento económico de generación de riqueza, y se genera suficiente para que todas las personas que vivimos en Euskal Herria vivamos dignamente, tanto cuando estamos en el mercado laboral, de forma activa, como cuando estamos fuera. Ahí está la clave para lograr el futuro de las pensiones. No es un debate económico, sino de voluntad real.
¿No hay voluntad de mantener un sistema público?
Creo que no hay voluntad de apostar por un sector público potente como pieza principal de un modelo social y económico que reconozca, respete y garantice los derechos de los trabajadores. Si no se apuesta por un modelo público, se le deja al mercado la capacidad de regular, efectivamente, así no habrá sistema público de pensiones. La campaña de apoyo a las EPSV es una apuesta por una privatización del modelo.
El ministro español de Trabajo amenaza con nuevas reformas, ¿qué opina?
Lo que me parece más terrible es que después de décadas de crecimiento económico, que no ha traído más que acumulación de capital para unos pocos, y deterioro de las condiciones de vida para la otra parte, cuando se resfría un poco la economía se pida la intervención del Estado y se nos reclame a los trabajadores la suficiente responsabilidad para abordar entre todos esto. Hace falta la reforma que aborde, de una vez por todas, cuál es el mercado laboral garantista de derechos., sin discriminaciones. La que aborde como se supera el 30% de la precariedad en el mercado de trabajo. El ministro español estará hablando de ahondar en una nueva reforma, que ahondará en los datos de precariedad. No sabemos qué derechos quieren recortarnos, pero seguro que nos recortarán.
«Me parece terrible que después de décadas de acumulación de riqueza, cuando se resfría la economía se pida la intervención del Estado y se nos reclame recortes a nosotras»