Maite SOROA
El culebrón de cada día
Les confieso que madrugo cada día sólo para observar el culebrón del PP. Cada día una nueva entrega, un nuevo actor, un nuevo guionista nos sorprenden con la última trifulca en la casa de la derechona cainita hispana.
Ayer le tocaba a Federico Jiménez Losantos, que viene a ser como Manolo el del Bombo pero en versión radiofónica. Losantos la emprendía desde su tribuna en «El Mundo» con «el pobre Rajoy» a quien veía «convertido en zombie político de Gallardón».
Como Rajoy dice que los problemas no están en el PP sino fuera, Jiménez Losantos le zurraba la badana por su «pavorosa incompetencia» y por haber conseguido «presidir un partido autoritario sin autoridad, ser un líder sin liderazgo y rodearse de un equipo joven dirigido por el viejísimo de la AP de hace veinte años: Gallardón y Fraga». Queda claro que la voz y el voto de la radio de la Conferencia Episcopal española está pero que muy enfadado con Rajoy.
Luego ya le llama, directamente «caudillo» y sentencia que en el PP de Marianico «falta democracia interna y sobra corrupción en la cosecha de avales», así que «todo queda moralmente compensado con la eliminación política y el linchamiento personal de los líderes que se niegan a servir de coartada al mayor timo político que se recuerda desde que el PSOE convirtió el referéndum para sacar a España de la OTAN en consulta para quedarse en ella». Ya son ganas de mezclar churras con merinas.
Y para el final, la andanada por debajo de la línea de flotación: «El gran éxito de `los de fuera del PP' es, sin duda, lograr que Rajoy lo destruya desde dentro. Porque el que, humillando a Zaplana y Acebes, dijo que `iba a elegir su equipo' fue Rajoy. El que dijo a Esperanza Aguirre en Elche que se fuera al Partido Liberal fue Rajoy. El que ha engañado, traicionado, calumniado, vejado y linchado a María San Gil ha sido Rajoy, aunque rodeado del ku-klux-klan de Génova. Y al que le ha devuelto Ortega Lara el carné de militante del PP por su vil comportamiento con María es a Rajoy. Así que cuando echen a Mariano `desde fuera', José Luis Moreno puede ficharlo como muñeco. Es carne de ventrílocuo». ¡Qué bien me lo paso!