La ONU se alinea con Georgia en su diferendo con Rusia
La ONU ha hecho causa común con Georgia al señalar a Rusia tras el derribo de un avión-espía enviado por Tbilissi al enclave irredento de Abjasia. Este gesto coincide con la aprobación, por parte de la Asamblea General de la ONU, de una resolución que reconoce el derecho de los 250.000 refugiados georgianos a volver a sus casas en ese territorio. Moscú y Tbilissi viven en las últimas semanas un clima de tensión que evoca un ambiente de preguerra.
Michael MAINVILLE
Un informe de la ONU concluye que fue un avión ruso el que abatió a un aparato-espía georgiano a finales de abril sobre el cielo del enclave de Abjasia, suceso que elevó el grado de tensión entre Moscú y Tbilissi y encendió las luces rojas en las cancillerías occidentales.
En un informe hecho público ayer, la misión de observación de la ONU en Georgia (Monug) asegura que los elementos estudiados «conducen a la conclusión de que el avión pertenecía al Ejército del Aire ruso».
El informe evoca la posibilidad de que se tratara de un Mig-29 o un Su-27. Se basa esencialmente en imágenes de radar y de vídeos suministrados por la parte georgiana, «que permiten concluir que tras haber abatido el avión-espía, el aparato partió nuevamente hacia el espacio aéreo ruso». La Monug no duda de la autenticidad del vídeo e insiste en la «profesionalidad» de su misión, formada por pilotos y especialistas aéreos.
Desmentido de Rusia
Rusia volvió a desmentir, tal y como hizo en su día, esta tesis. «Ninguno de nuestros aviones violó el espacio aéreo y, por descontado, no realizó disparo alguno», aseguró ayer el Ministerio de Exteriores ruso.
Abjasia, territorio independiente de facto y alineado con Moscú, rechazó el informe y su ministro de Exteriores, Sergei Chamba, aseguró que «no tenemos confianza en las conclusiones de la misión de la ONU y consideramos que no son objetivas». Abjasia se atribuyó entonces el derribo del avión-espía. Desde entonces ha reivindicado otros cinco derribos similares sobre su cielo, extremo desmentido por Tbilissi.
La ONU denunció la falta de colaboración abjasa. «No nos han dejado acceder a las zonas donde los abjasos aseguran haber derribado los aparatos».
La Monug criticó el hecho de que Georgia envíe aviones al cielo abjaso, violando el alto el fuego firmado en los años 90 tras el conflicto armado.
Este informe coincide con una resolución de la Asamblea General de la ONU que reconoce «el derecho de todos los refugiados» georgianos, alrededor de 250.000, a volver a Abjasia, lo que no ha gustado a Rusia.
El presidente georgiano, Mijail Saakachvili, se felicitó por el informe y aseguró que, por primera vez, Moscú es acusado por la ONU de «la agresión contra Georgia».
Decenas de miles de georgianos se concentraron ayer frente al Parlamento para denunciar el «pucherazo» en las legislativas de la semana pasada, tras las que se anunció una victoria aplastante del Gobierno.
«Boicotearemos el Parlamento y exigimos nuevas elecciones», anunció David Gamkrelidze, del Consejo de la Oposición Unida, que agrupa a nueve partidos.
El líder de la coalición, Levan Gatchetchiladze, instó a sus partidarios a impedir que el Parlamento se reúna. «No sabemos cuándo se convocará la primera reunión, pero nuestro objetivo será impedirla, aunque tengamos que entrar por la fuerza», advirtió.
Tras reunirse frente a la sede de la Comisión Electoral, los manifestantes se dirigieron al Parlamento. Sólo en los alrededores de éste era visible la presencia policial.
Contrariamente a los enfrentamientos de noviembre de 2007, esta vez no hubo cargas policiales, quizás porque la marcha coincidía con la parada militar prevista por el Día de la Independencia.
La coalición opositora no logró más que 16 de un total de 150 escaños. El Movimiento Nacional Unido de Saakachvili logró 120 asientos.
