Los militares dinamitaron ayer uno de los lagos creados por el terremoto que el 12 de mayo devastó el sureste de China y dejó al menos 65.080 muertos, 23.150 desaparecidos, 360.058 heridos y cinco millones de personas sin hogar, para evitar inundaciones que amenazarían a 1,2 millones de personas. Cien mil han sido ya evacuadas.

El lago de Tangjianshan (Sichuan), creado por deslizamientos de terreno a causa del seísmo, amenazaba al desolado distrito de Beichuan, 3,2 kilómetros río abajo, por eso 1.800 soldados y policías, con diez kilos de dinamita cada uno, se desplazaron hasta el lugar tras un prolongado viaje a través de un remoto y montañoso territorio, con órdenes de volar parte de los escombros acumulados y abrir paso al agua acumulada.

Este lago es uno de los 35 creados por el terremoto, que podrían causar enormes problemas, según admitió el viceministro de Recursos Hidraúlicos, E Jingping, quien añadió que 69 diques que han sufrido daños podrían también reventar, ocasio- nando «situaciones peligrosas». No obstante, explicó que las autoridades han tomado medidas para disminuir el riesgo, incluyendo su drenaje o la reducción del nivel de agua.

El Gobierno indicó la semana pasada que 5,4 millones de personas perdieron sus hogares. Pero el portavoz del Gabinete, Guo Weimin, señaló ayer que 14,38 millones fueron «trasladadas a refugios temporales», aunque no explicó si son personas sin hogar o evacuados. Muchos supervivientes viven en tiendas de campaña o casas prefabricadas construidas precipitadamente, y un número indeterminado sigue a la intem- perie. Se calcula que la reconstrucción puede tardar tres años.