GARA > Idatzia > Jo puntua

Helen Groome Geógrafa

Ni sustentables ni sociales

Hay voces que insisten en que la opción agraria social correcta no es gastar energía en producir energía sino en producir alimentos, tanto en el Sur como en el Norte

Hace unos diez días se produjo una reunión memorable de la alianza de organizaciones de la sociedad civil creada para análisis y activismo entorno a la Convención de la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas. Esta reunión se celebró previa a la apertura de la novena Conferencia de las Partes de dicha CDB el 16 de mayo y que, según las instituciones internacionales, debería centrarse este año en la agrobiodiversidad.

La reunión social fue memorable por diversos motivos, entre ellos por la postura muy clara, contundente y pública acordada por la sociedad civil en cuanto a los agrocombustibles industriales. Tras 18 meses de dudas, debate y hasta disensión, y mientras que muchos gobiernos siguen haciendo bien un vago discurso ambientalista o bien un juego abierto a favor de determinados intereses empresariales, promoviendo más o menos descaradamente los agrocombustibles industriales, la sociedad civil dio lectura a un claro posicionamiento en la sesión plenaria de apertura de la COP9:

Primero, que los agrocombustibles industriales no tienen futuro en un mundo guiado por aspiraciones de sustentabilidad ambiental y social, ya que por sus características, por sus implicaciones prácticas y económicas y por ser un sector dominado por intereses de corporaciones transnacionales (del Norte), nunca serán ni sustentables ni sociales.

Segundo, que por mucho que se intente, no es posible diseñar criterios de certificación de sustentabilidad para la producción de los agrocombustibles industriales. Así, se rechazan los intentos de gobiernos e industrias por igual de introducir tales criterios de certificación y darles un imagen verde a los agrocombustibles.

Tercero, que el rechazo a la primera generación de agrocombustibles industriales basados en cultivos como el maíz, la remolacha, la palma o la caña de azúcar por no ser rentables económicamente, por tener balances energéticos negativos y por destruir opciones de soberanía alimentaria entre otros tantos motivos, se extiende también a la segunda generación de agrocombustibles industriales, basada fundamentalmente en árboles generados por biología sintética y/o ingeniería genética, ya que resultará reprobable e ineficaz por los mismos motivos, a los que se añadirán los problemas particulares que generan las dos tecnologías mencionadas.

Durante los últimos 18 meses se han aclarado muchas cosas. Hay voces, incluso en instituciones como la FAO, la OECD y la UE, que están pidiendo la retirada de cualquier objetivo de producción energética con agrocombustibles industriales. Hay voces que insisten en que la opción agraria social correcta no es gastar energía en producir energía sino en producir alimentos, tanto en el Sur como en el Norte. Y hay un creciente número de voces gritando que el Norte tiene que reflexionar, que hay que alimentar las personas en todo el planeta y no únicamente alimentar a las personas, coches y caprichos del Norte.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo