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Francisco Larrauri Psicólogo

La mayor mentira del mundo

A río revuelto ganancia de pescadores, ha pensado Patxi López, y nos explica la mayor mentira del mundo mundial: el referéndum legal

En muy pocas tribunas de opinión política se comparte el optimismo posterior a las últimas actuaciones policiales, rápidamente acompañadas de ruedas de prensa, del Gobierno español respecto a Euskal Herria. Aunque han marcado con el dedo que los que saben estaban allí con ellos, cientos de periodistas virtuales, expertos analistas en conflictos y observadores con muchas guerras en las espaldas siguen sin coincidir con los planes y el futuro que desean para Euskal Herria el ejecutivo español de Zapatero y Rubalcaba.

Sin embargo, al rebufo de este triunfalismo también se han escuchado en algunas corporaciones policiales españolas, que Amnistía Internacional cita como sospechosas en la práctica asidua de la tortura, cuatro palabras debidamente amplificadas, que coinciden etimológica e ideológicamente con las cuatro palabras que los demócratas de ultima generación del PP en el Parlamento vasco quisieron brindar a un pueblo que ha sufrido la tortura en miles de conciudadanos.

Cuatro palabras, primas hermanas de aquellas que Millán Astray utilizó para saludar a otro vasco que quiso creer en la democracia española. Cuatro palabras que forman parte de la liturgia española para Euskal Herria desde que yo era niño, cuatro palabras encadenadas en una letanía de terror que se han prodigado en el más absoluto secreto y que llevan el mensaje de la violencia a todas sus instituciones, y así lo testimonian la mayoría de los informes de los observatorios internacionales.

En una semana llena de acontecimientos, el patrimonio identitario euskaldun ha descubierto las cuatro palabras y las formas groseras como el Estado español las ha aplicado a lo largo de los últimos años: tortura, GAL, Galindo, y Golpismo, lo que ha significado una mayor separación y una vida llena de desencuentros. Y, por encima de todo, la constatación de que Euskal Herria no es un problema doméstico. En esta ocasión se ha conseguido, a pesar de las fuerzas españolistas, que las ideas y la verdad estuvieran por encima de los intereses.

Sin embargo el posibilitismo no ha conseguido el añorado reconocimiento de las víctimas, porque no estaban todas. El perseverar en el reconocimiento de unas víctimas con el olvido expreso de las otras no es el camino para conseguir las garantías implícitas y explícitas para un entendimiento en la contienda. Proporcionarán el sincero reconocimiento a ánimas en pena, pero si no tratan la realidad en su totalidad, fallará la razón para construir o manejar una nueva historia. Esta asimetría del dolor se vivirá en definitiva como el cumplimiento de un legado de la dictadura de Franco, estableciendo el correspondiente puente histórico hacia los objetivos políticos de aquel régimen, lo que no ayuda ni reconforta el dolor de ninguna víctima.

En medio de la contienda aparece Zapatero para ofrecer más seguridad, en su estilo de que el año que viene estaremos mejor que en el actual, especulaciones con malos resultados a la vista y que no son una esperanza, a decir de muchos analistas, de obtener la victoria militar, porque el conflicto y el debate es anterior y será posterior a ETA.

Jalonados por epígonos bien pagados que proponen ilegalizar los sindicatos, las asociaciones y organizaciones socio-culturales que coincidan con la idea de independencia del País Vasco, se han apuntado al plan de encarcelar previa tortura, de quitar de en medio todo lo que molesta y de invadir con sus instituciones militares el territorio que proclame la independencia aunque sea democráticamente. Buscan y quieren un desarme ideológico de los sentimientos más profundos de los ciudadanos de Euskal Herria ¿De qué democracia están entonces hablando los socialistas?

A río revuelto ganancia de pescadores, ha pensado Patxi López, y nos explica la mayor mentira del mundo mundial: el referéndum legal.

La transversalidad como teoría del constitucionalismo español se demuestra con el Estatuto por desarrollar después de treinta años, el Estatuto catalán que Zapatero aprobó en un meeting aparcado en el Tribunal Constitucional español después de ser bien cepillado, la tortura campando por Euskal Herria y las instituciones militares de guardia. Con el referéndum legal nos dirán que concederán el derecho a decidir, pero no terminarán la frase; si les obligamos nos aclararán que el derecho a decidir será para las finanzas, para las estructuras viales y mil mentirijillas más.

Hoy las coordenadas de la soberanía vasca no son extemporáneas; al contrario, la credibilidad ha aumentado y les disgusta porque la razón es vigente y avanza. Si no, ¿por qué un referéndum, Patxi López?

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