Hace justo un año, por segunda vez consecutiva, la representación popular quedó mutilada en ayuntamientos vascos, en juntas generales y en el Parlamento navarro debido a la ilegalización de la izquierda abertzale. Pese a que ya van cinco años de «apar- theid político», este último aniversario no pasó desapercibido. La denuncia se hizo patente en los municipios en que la composición de los consistorios no se corresponde con el voto popular, y también llegó al Parlamento navarro.

Esta Cámara, la primera en aplicar la ilegalización mediante la disolución del grupo de la izquierda abertzale antes incluso de las elecciones de 2003, sigue teniendo sus puertas cerradas a este sector social. Ante decenas de personas que lo denunciaron con ikurriñas y banderas navarras, el ex electo de Burlata Txelui Moreno recalcó que la Ley de Partidos beneficia al mantenimiento del actual marco político y a la derecha.

Reflejó que es en Nafarroa donde ésta «campa a sus anchas» hoy en día y es en Nafarroa donde se puso freno al cambio político pretendido en el proceso de negociación. Trajo a colación, frente a ello, cómo la izquierda abertzale planteó entonces y sigue planteando ahora «un verdadero cambio político» a través de «un marco democrático» que reúna a los cuatro herrialdes y que reconozca de una vez su derecho a decidir.

A las puertas del Parlamento navarro, Moreno puso de manifiesto que lo que ha sucedido tras el nuevo veto a la izquierda abertzale en la Cámara es justo lo contrario. Por un lado, aludió al fracasado proceso de conformación de un gobierno alternativo entre PSN, Nafarroa Bai e IUN para concluir que «nos vendieron humo los mismos que se levantaron de la mesa en Loiola. Ya avisamos que sin cambio de marco no es posible el cambio político». En paralelo, subrayó que en estos meses ha quedado más claro que nunca que «las decisiones que afectan a Nafarroa se toman en Madrid» y que ciertos partidos que dicen defender el derecho a decidir de la ciudadanía navarra actúan en realidad como «marionetas».

En el breve acto celebrado ante la sede del Legislativo navarro, los electos y simpatizantes de la izquierda abertzale mostraron una pancarta con el lema «Nafarroan demokrazia zero. Marko demokratikoa orain!». Moreno fue especialmente crítico al respecto con Nafarroa Bai, de la que dijo que «nos ha robado 17 cargos» y reprochó que no haya puesto en marcha el artículo 182.2 para rehabilitar la voluntad popular. «Eso era la `poliétika' -ironizó en alusión a uno de los lemas de campaña de la coalición-: decir una cosa y hacer otra, abandonar los principios en busca de una concejalía». Citó también las vacaciones en el Himalaya en pleno curso, los sueldos de 50.000 euros o los apoyos expresos a las FSE.

«Sin la Ley, no podrían»

En paralelo, Txelui Moreno puso el acento en que la derecha se ha beneficiado en su gestión diaria. Así, recordó la marginación al 40% de la representación sindical; citó que el euskara «sigue discriminado»; que las deslocalizaciones «dejan a cientos de personas en la calle»; que se está produciendo un empobrecimiento imparable de la sanidad o la educación pública; que se siguen impulsando grandes proyectos de vivienda «para regocijo de los constructores»; que se ha recortado el Impuesto de Sociedades; o que Nafarroa ha pagado 1.500 millones de euros al Estado en concepto de Cupo «para las vacaciones de los Borbones o las aventuras militares en Líbano y Afganistán».

Puso especial énfasis en dos cuestiones de plena actualidad: los accidentes laborales, el último mortal ayer mismo en Doneztebe, «sin que haya concentraciones de repulsa en este Parlamento»; y la «llamativa» actitud ante los derechos de las mujeres, que se proclaman al mismo tiempo que «el aborto sigue sin ser un derecho y se les apalea el 8-M con el silencio cómplice de este Parlamento».