El alza de los precios de los carburantes está agravando la situación de los sectores del transporte por carretera y del sector pesquero. Las consecuencias se trasladan también al sector agroganadero y al conjunto de la economía doméstica, que ve que aumenta la inflación por la carestía de los productos. Está germinando en el conjunto de la UE un rechazo al elevado precio de los derivados del petróleo. Sin embargo, los sindicatos HIRU y LAB quieren desmarcarse de las organizaciones empresariales de ambos sectores que buscan, «como siempre, la superviviencia de sus economías personales, en vez de buscar salidas de continuidad para ambos sectores».

Estitxu Ugarte, portavoz del sindicato de transportistas autónomos de Euskal Herria, HIRU, manifestó a GARA que la situación es «grave» en el sector de los transportistas autónomos. Esta organización ha convocado una asamblea de transportistas autónomos para el próximo 7 de junio. «No descartamos ninguna movilización, desde paros, huelgas o protestas. El sector está muy afectado». Según los datos de HIRU, entre mayo de 2007 a mayo de 2008 el precio del gasóleo ha aumentado en un 31%, pero si se mira hacia atrás «en los últimos nueve años aumentó en un 200%. Es una situación inaguantable, porque los transportistas no hemos podido repercutir el aumento del precio del gasóleo y hemos estado aguantando hasta este momento en el que ha explotado todo», explicó Ugarte. En este caso, recordó que los transportistas reclaman a las administraciones públicas medidas eficaces, «ya que son las que están obteniendo un fuerte incremento en sus ingresos por el IVA que pagamos por el combustible». HIRU asegura que un tercio de la factura del transportista «tiene que ver con el gasóleo», por lo que reclama «como única solución que cada mes o trimestre se pueda realizar una revisión de los precios. Para ello, la Administración pública tendría que intervenir en este caso».

Por otro lado, Estitxu Ugarte rechaza que las medidas de apoyo aprobadas con antelación con el tema del gasóleo profesional estén suponiendo un aligeramiento de la carga económica para el autónomo, porque «por cada 50.000 litros consumidos se otorgan 407 euros al año por vehículo y no todos los transportistas pueden acceder a esa ayuda».

Por otro lado, LAB aseguró ante este problema del alza de los precios de los derivados del petróleo que, «siendo conscientes del problema que supone para la flota el incremento de los precios por el combustible», los armadores barajan amarrar la flota pero «es una decisión unilateral de la patronal que perjudica gravemente a los trabajadores-arrantzales». Según LAB, es un «cierre patronal, entre otras cosas, porque nos mandan al paro obligándonos a consumirlo y, a su vez, tenemos menos días de mar trabajados, lo que perjudica nuestra jubilación». Por eso, la central sindical que lidera Ainhoa Etxaide reconoce que «esa huelga la deciden ellos sin contar con los arrantzales».

LAB rechaza, por otro lado, que los armadores traten de compensar la subida del gasóleo con medidas de bonificación en las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social. «Los arrantzales queremos garantías para nuestras pensiones», dice.