«Más allá de parar el TAV, llamamos a luchar por el cambio político y social. A trabajar en pro de la consecución de un marco democrático que supere la actual situación de partición, negación y sometimiento de Euskal Herria y abra las puertas a la construcción del Estado vasco. Y a avanzar en la construcción de ese estado que deposite la plena capacidad de decisión en manos de los sectores trabajadores y populares y permita la construcción de una Euskal Herria socialista».

Un grupo de electos independentistas ofreció ayer una rueda de prensa en Donostia para trasladarle al pueblo que el proyecto del TAV «se puede parar. Es más, lo estamos parando. La creciente movilización popular y la implicación de cada vez más y más amplios sectores sociales en la lucha dan fe de ello». Estos concejales y alcaldes no tienen la menor duda de que «entre todas y todos lo pararemos».

El alcalde de Atxondo, David Cobos; Iñigo Mendibil, concejal de la misma localidad; la alcaldesa de Villabona, Marixabel Arrieta; y los electos de Elorrio e Irun, Txaber Igartza y Peio Gaskon, respectivamente, enumeraron las razones por las que «los sectores trabajadores y populares debemos oponernos frontalmente» al macroproyecto.

Por un lado, explicaron que éste viene a reforzar el modelo económico y social neoliberal de PNV, UPN, UMP y PSOE, que «busca multiplicar los beneficios empresariales a costa de los derechos sociales y laborales» y «está precarizando las condiciones de vida». Añadieron que fortalece el actual marco jurídico-político y que esconde «inconfesables intereses políticos». «10.000.000.000 de euros dan para `incentivar' a los sectores más inmovilistas de PNV y UPN».

Por otra parte, denunciaron que se trata de «una imposición en mayúsculas» y que todas las decisiones estratégicas en torno a esta cuestión han sido tomadas en Madrid y París. Criticaron también la actitud de Ibarretxe, porque «niega la capacidad de decisión de la ciudadanía» y su objetivo es «quitar de en medio cualquier voz discordante y oposición popular y municipal». En este sentido, denunciaron que aunque la mayoría social y sindical demanda la paralización del TAV, los ejecutivos de Gasteiz, Iruñea, Madrid y París continúan dando pasos en la imposición.

En opinión de los electos abertzales, este tren es el máximo exponente de la necesidad del cambio político y social para poder decidir sobre nuestro futuro; también sobre el modelo de transporte, de ordenación del territorio y de sociedad. En definitiva, para poder construir una Euskal Herria «radicalmente distinta al modelo TAV».

Por su parte, la Asamblea contra el TAV expresó que la manifestación de mañana puede ser la más grande que se haya realizado hasta ahora en tantos años de lucha. Consideran que esta movilización es imprescindible, pero, a la vez, son conscientes de que no será suficiente para paralizar el proyecto.

Por eso, llamaron a seguir presionando, utilizando herramientas como la movilización, la acción directa y la desobediencia civil. Mañana quieren da un paso para detener «el actual proceso de devastación ecológica y social provocado por el actual modelo de transporte, economía y sociedad».

«Nefastas apuestas» de Lakua

LAB afirmó con rotundidad que el TAV condicionaría de manera muy negativa el futuro económico de Euskal Herria, además de desequilibrar el territorio, impactar en él gravísimamente y repercutir de modo desfavorable en la redistribución de la riqueza. La central abertzale preguntó a Urkullu e Ibarretxe si un proyecto del calado del TAV no merece que se consulte directamente a la ciudadanía. «La falta de información, el oscurantismo y la prepotencia de las Administraciones en el proyecto» está alcanzando, a su parecer, un nivel inaguantable.

LAB sostiene que el TAV es una «nefasta apuesta», al igual que la «insostenible nueva planificación de carreteras».