El PNV está empeñado en aprobar definitivamente su proyecto urbanístico sobre una parcela de 6,2 hectáreas en Ohija, junto al vial que conecta Bakio con Bermeo, antes del 20 de setiembre para así evitar las directrices de la Ley de Suelo de Lakua, que establece reservas de suelo del 75% para Vivienda de Protección Pública (VPO) en municipios que superan los 2.000 habitantes en núcleo urbano continuo.

La previsión es que se edificarán 248 viviendas, en vez de las 436 contempladas en el plan de 2006, en las cercanías del biotopo de Gaztelugatxe. Será una urbanización de 24 adosados y dos bloques de tres alturas con 62 pisos, además de otras casas unifamiliares y el controvertido campo de golf de nueve hoyos.

La operación cuenta con el rechazo de los grupos municipales de la oposición -EAE-ANV, EA y Aralar- y de organismos como BakioSOS o Greenpeace. «Nos encontramos ante un claro ejemplo de la política urbanís-tica del PNV, en el que nuevamente se prioriza el negocio y el interés de unos pocos particulares en contra del interés general de los bakiotarras y de la protección del medio ambiente», denuncia Iratxe Eguzkizaga, edil independentista, que recuerda que el entorno natural está muy deteriorado «a consecuencia de la realización de desarrollos urbanísticos desproporcionados con un gran impacto ecológico y paisajístico».

El alcalde, el jeltzale Txomin Renteria, justifica el proyecto, empeñado en el desarrollo turístico de esta localidad costera. Por el contrario, Eguzkizaga estima que los cambios introducidos tratan de «maquillar» la operación, cuestionada por buena parte de los vecinos y que generó un movimiento opositor inédito en Bakio.

«Lo que se prioriza es la construcción de viviendas unifamiliares, consumiendo grandes superficies de suelo y ahogando el futuro desarrollo urbano del municipio», argumenta la corporativa abertzale. Además, incide en que los terrenos de Ohija tienen un «altísimo valor ambiental» al estar en la franja costera y lindar en el biotopo de Gaztelugatxe, hábitat de especies protegidas como el cormorán moñudo, que es una ave acuática incluida en el catálogo de especies amenazadas. Su plan de gestión, según recuerdan los ecologistas, prohíbe la edificación de urbanizaciones y viales en las cercanías de espacios como San Pelaio y Gaztelugatxe, donde existen colonias de reproducción consolidadas.

A la construcción de viviendas adosadas y unifamiliares le seguiría el campo de golf, que ocuparía otras 25 hectáreas. En febrero, el alcalde ya firmó un contrato de consultoría con la empresas Aymerich Golf Management para que elabore un estudio previo a su construcción.

En cuestión su carácter social

Desde ANV se cuestiona el carácter social de este proyecto y que vaya a impulsar el desarrollo económico y turístico de Bakio y la comarca. «Es un modelo turístico que no beneficia al pueblo, máxime cuando ni siquiera existe una oferta hotelera o de cámping para acoger a los turistas», explican, antes de recordar que la construcción de nuevos campos de golf en la CAV está en entredicho.

La izquierda abertzale estima que la propuesta urbanística para Ohija -que se suma a otros planes parciales en marcha en Elexalde, Bakea, Areaga II y Renteria- genera alarma social y va a llevar el asunto a las Juntas Generales de Bizkaia para su discusión. Así, la apoderada ekintzale Begoñe Agirre ha solicitado la comparecencia de los responsables forales de Urbanismo y Medio Ambiente, los jeltzales Itziar Garamendi y Josu Madariaga, y registró ayer una proposición no de norma en la que se insta a la Diputación vizcaina a no aprobar este plan.

La previsión es que el Gabinete que preside José Luis Bilbao apruebe el proyecto antes de setiembre, según denunciaron los representantes ekintzales. Entre sus iniciativas se encuentra también una petición de posicionamiento público de los departamentos de Vivienda y Asuntos Sociales y Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Gobierno de Gasteiz.

Desde las filas de la oposi-ción, Eusko Alkartasuna considera que las 248 viviendas que contempla este plan de Ohija es tan sólo el principio del asentamiento de más urbanizaciones de lujo en Bakio, que nada tienen que ver con los intereses de los vecinos de la locali dad costera.