Dice no considerarse una persona optimista, sino realista, pero asegura que «vamos a ser capaces de llegar a la curación total del cáncer de mama». Apunta que están dando pasos relevantes en el tratamiento de esta dolencia, pero hace hincapié en que es preciso que se trabaje «aún más deprisa».

Ha dirigido una investigación con el objetiv0 de ampliar el espectro de personas tratadas con un tratamiento muy eficaz. ¿En qué ha consistido el trabajo?

El estudio que hemos hecho nosotros acerca de la herceptina es intentar identificar pacientes que puedan responder a este fármaco, pero que no están siendo tratados con él. El fármaco se dispensa a pacientes que tienen una proteína que se llama HER2, que representan uno de cada cuatro pacientes con cáncer de mama. Lo que nosotros hemos hecho consiste en analizar otra proteína que interacciona con la HER2 que se llama neu-rregulina, que no se había estudiado antes con relación al cáncer de mama. Hemos visto que aunque sí hay pacientes con HER2 que tienen esta proteína, hay otros que no tienen la HER2 elevada pero tienen la neurre- gulina y ésta también responde al tratamiento con herceptina. Por lo tanto, lo que hemos he-cho es ampliar el espectro de pacientes que se pueden benefi-ciar de este tratamiento, que es el primero de los biotratamientos que existen.

Cada vez se destina más dinero a la investigación de fármacos. ¿No cree que se debiera dirigir más a buscar sistemas preventivos y de detección?

El dinero que se invierte en desarrollo de fármacos es un montón y sólo un 1% de ese dinero da frutos. Los sistemas de detección ahora mismo son muy buenos; se puede invertir más en intentar mejorarlos, pero son muy buenos. Lo que falta es más concienciación. Hay que educar a la gente y hacerle llegar que con buenas medidas preventivas, evitando el tabaco, el alcohol, la irradiación solar y cuidando la dieta, evitaríamos la mitad de los tumores. Además, hay que establecer la detección precoz por debajo de la edad en la que ahora se está aplicando. Hay que empezar a trabajar con mujeres más jóvenes, porque hay bastantes pacientes de treinta años.

Sin embargo, hay quien dice que las mamografías, por ejemplo, no son efectivas en muje-res jóvenes.

A los 30 años se pueden hacer mamografías sin ningún problema, incluso antes. También es importante enseñar a las mujeres a explorarse, a que se miren, a que se palpen y, si se notan algo, a que vayan al médico. El cáncer de mama afecta a una de cada ocho mujeres a lo largo de su vida; es el cáncer más frecuente en la población femenina y es muy importante la prevención. Hay que insistir en ello. Si el cáncer de mama se coge cuando no ha salido de la mama, se cura.

¿Se atrevería a afirmar que se llegará a la curación del cáncer?

Cada vez se están llevando más tratamientos a la clínica y cada vez se está haciendo de forma más acertada. Yo creo que en el cáncer de mama vamos a ser capaces de llegar a la curación total. Es importante transmitir a la población que se están dando pasos relevantes en el tratamiento del cáncer. Nos encantaría ir más ágilmente, pero a veces no se puede ir más rápido de lo que la propia ética y la propia legislación te permiten.

¿Y las reticencias de las industrias farmacéuticas?

A las personas que trabajamos en laboratorio y vemos la cantidad de fármacos que hay disponibles nos corroe no poder llevarlos antes a los pacientes que ves que se están muriendo. Sigo siendo un poco crítico con las compañías, porque ellos tienen sus intereses económicos... Pero no nos queda otro remedio que trabajar entre todos. Debemos ser precavidos y no favorecer los intereses económicos de nadie, pero tenemos que ser ágiles para convencer a los gobiernos y las empresas farmacéuticas para que nos dejen llevar los fármacos lo antes posible.

¿Qué opinión le merecen las informaciones sobre los avances científicos? ¿No considera que se crean falsas expectativas?

Es cierto que no debemos trasladar a la gente un mensaje erróneo, pero sí tiene que saber lo que se avanza.