Las molestas arrugas
«Encarnación»
El segundo largometraje de la joven realizadora argentina Anahí Berneri se llevó en el pasado Zinemaldia donostiarra al premio Fipresci de la crítica. Es una producción del prestigioso cineasta Daniel Burman.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Anahí Berneri es una de las jóvenes realizadoras argentinas que, junto con Lucrecia Martel, se está abriendo paso en los festivales internacionales. Después de acumular numerosos premios con su ópera prima «Un año sin amor», en la que tocaba la temática homosexual, hace el esfuerzo de meterse en la cabeza de una mujer madura relegada a un segundo plano por una sociedad que no tolera las arrugas, menos aún en actividades ligadas al negocio de la imagen. La actriz Silvia Pérez ha sido también muy valiente al expresar este tipo de drama desde su experiencia personal, ya que en los 70 fue una cotizada modelo, venida a menos con la edad y el declinar en programas televisivos. El refugio de la apagada estrella de «Encarnación» es la soledad frente al espejo, por la sencilla razón de que ya no llama la atención de las cámaras de televisión y ha dejado de ser conocida para la mayoría. De regreso a su localidad natal para una celebración familiar, tratará de reencontrarse a sí misma, viéndose únicamente conectada con una sobrina que sueña con salir del pueblo y escapar a la gran ciudad. La narración tiene un pulso muy introspectivo, por lo que avanza pausadamente junto a las divagaciones de la protagonista.
Dirección: Anahí Beneri
Guión: Anahí Beneri, Sergio Wolf, Gustavo Malajovich y
Mariana Dolores Espeja.
Producción: Daniel Burman y
Diego Dubcovsky.
Fotografía: Diego Poleri.
Música: Nico Cota.
Intérpretes: Silvia Pérez, Martina Juncadella, Luciano Cáceres, Osmar Núñez, Inés Saavedra, Fabián Arenillas.
País: Argentina. 2007.
Duración: 93 minutos.
Género: Drama existencial.