Criminales contra criminales
«El diablo ataca de noche»
El cine bélico y el thriller sobre asesinos en serie es una combinación irresistible, que se dio ocasionalmente en el cine alemán de posguerra como una forma de intentar describir desde dentro la terrible experiencia colectiva que se había vivido durante el nazismo. Hace poco traíamos a colación «El hombre perdido», la única película dirigida por el gran Peter Lorre, en la que se describe la utilización por parte de las SS de un peligroso psicópata.
El planteamiento de Robert Siodmak en «El diablo ataca de noche» es un tanto diferente, ya que retrata el cinismo de las autoridades del III Reich ante el caso real de Bruno Luebke, un criminal de mujeres que aterrorizó a la población de Hamburgo durante la II Guerra Mundial tanto o más que los ataques del ejército enemigo. Su búsqueda y captura desató una campaña de propaganda política, a la que se sumó el Führer en persona declarando que la nueva Alemania no podía permitir que por sus calles se paseara tranquilamente un asesino, como si ellos no lo fueran también.
«El diablo ataca de noche» estuvo nominada al Oscar de Mejor Película de Habla No Inglesa en 1958, además de triunfar en los premios del cine alemán de ese mismo año, conocidos actualmente como Lola. Finalmente, Robert Siodmak fue merecedor del premio de Mejor Director en el Festival de Karlovy Vary. Es una pena que esta memorable realización pasara un tanto desapercibida dentro de la postrera etapa europea de Siodmak, a pesar de que se encuentra a la altura de sus mejores trabajos en Hollywood, que le granjearon su fama de maestro del cine negro, entre otros «Forajidos», «El abrazo de la muerte» o «La escalera de caracol». La fuerza dramática de la fotografía en blanco y negro de Georg Kruse, fiel a los postulados estéticos de la escuela expresionista, da lugar a secuencias sobrecogedoras, en las que la violencia individual se confunde con la institucional de modo inquietante.