Maite SOROA
Más leña a la pira del PP
A Rajoy le ha debido de mear un murciélago, como dicen los argentinos para referirse a la gafada.
Ayer le sacaba los colores su otrora fiel Cayetano González, más fiel ahora a Mayor Oreja, que para eso es el señorito.
Contaba Cayetano en «El Mundo» que «cuando sólo faltan 15 días para el cierre en falso que tanto Rajoy como casi todos los barones populares pretenden dar en el Congreso de Valencia a la crisis que sufre el PP, el panorama para este partido así como para su actual líder no puede ser más desolador». Empieza fuerte.
Y es que, dice Cato, «nadie en el PP, salvo la fiel escudera Soraya, cree que Rajoy será el candidato a la Presidencia del Gobierno en el 2012». ¿Y por qué será? Pues porque «a Rajoy se le ha perdido el respeto tanto dentro como fuera del partido. Desde su derrota el 9-M, aparece como un dirigente que ni manda ni se le obedece, enrocado, obcecado, sin capacidad de análisis, que no transmite confianza, que necesita hacer una patética campaña de recogida de avales utilizando métodos muy poco democráticos, u organizar actos de exaltación a su persona como el celebrado el pasado sábado en Valladolid, que rayó en lo ridículo». Esto no se atrevía Cayetano a firmarlo hace sólo dos meses. Se lo aseguro.
Y, cómo no, «la marcha de María San Gil o la baja como militante de Ortega Lara suponen en sí mismos un fracaso personal y político de Rajoy, que no hizo nada, cuando tuvo que hacerlo, para que no se llegara a esa situación». Ya ven que la tunda es de campeonato.
Dice muchas más cosas, pero me quedo con un par de detalles catastrofistas: «El lema del congreso de Valencia Crecemos juntos podría ser sustituido, para reflejar mejor la realidad, por el de Nos hundimos juntos». Y la guinda: «El PP es en estos momentos un proyecto político perdedor, sin rumbo, sin líder, sin ilusión, errático en el diagnóstico de la situación de España. Podrá tener Rajoy muchos avales y mucho apoyo de los funcionarios del aparato del partido, pero simultáneamente irá dilapidando el aval que debería importarle más: el que le dieron el 9-M 10.277.809 españoles». ¡Más madera!, gritaba Groucho.