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Eurocopa A poco más de 24 horas para el inicio

Los equipos se apuntan a la moda de estrellas lesionadas

Aparte de quienes ya no podrán participar, más de un futbolista de importante caché tendrá que esperar para estrenarse en el torneo que comenzará mañana

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GARA | IRUÑEA

Sneijder, Deco, Henry, Iniesta, Vieira, Pogrebnyak... son algunos de los protagonistas destacados de la moda que se ha impuesto en vísperas de la Euro- copa a disputar en Austria y Suiza: tenga una estrella lesionada en su equipo. Y eso que algunos otros -léase Rosicky, Cannavaro o Babel, por mencionar a unos pocos- se darían con un canto en los dientes por estar en la situación de los primeros.

Los exigentes torneos ligueros y europeos en un apretado calendario han acabado pasando factura a jugadores que estaban llamados a ser actores de un torneo de selecciones en el que ya sólo se quedarán en meros espectadores o carne de banquillo. Casi todos los combinados tienen algún futbolista desequilibrante entre algodones y eso no es bueno para el espectáculo.

«Show must go on» cantaba Freddy Mercury y la cuenta atrás sigue impasible ante el estreno de un evento que, como todo gran torneo que se precie, debe alardear de trofeo. La nueva copa «Henri Delaunay», de 60 centímetros de alto y ocho kilos de peso, llegó ayer a Viena, en cuyo céntrico parque de Sigmund Freud se podrá visitar hasta el final del campeonato.

Como novedad, en su parte posterior se grabará el nombre del equipo campeón y, con ese objetivo llevan trabajando desde hace varias semanas las dieciséis selecciones, todas ellas ya ubicadas en tierras suizas o austriacas. Y algunas de sus estrellas, que esperan así rubricar una temporada en la que ya han logrado otros títulos menores.

Beenhakker, decapitador

La tensión que ya se viene mascando desde hace unos cuantos días ha generado situaciones de hermetismo en más de una concentración. Aparte de los problemas de tener entre algodones a sus figuras, otros seleccionadores se ven obligados a aplicar la terapia del silencio entre sus pupilos para hacer frente a bretes inesperados.

Como en el que le han puesto al técnico de Polonia, Leo Beenhakker, la prensa sensacionalista de ese país, al publicar una foto suya trucada con las cabezas decapitadas del seleccionador alemán, Jogi Löw, y Ballack, en sus manos. Como el holandés, quien calificó el montaje de «cosa terrible de gente desquiciada, sucia y enferma», también el preparador rumano, Victor Piturca, se ha apuntado al control férreo de los suyos.

Pero no todos los medios de comunicación dan la nota. Otros incluso han servido de vehículo audiovisual para hacer soñar a todo un estado como la hazaña que consiguiera Dinamarca en 1992. «El milagro de Viena» se denomina el documental televisivo en el que se narra, en clave de ficción, la victoria de Austria en la final.

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