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Lakua no tiene todavía un «plan b» y cada socio presiona desde los medios

El Gobierno de Ibarretxe no ha definido todavía qué respuesta dará si la ley de consulta es aprobada en el Parlamento y paralizada en el Tribunal Constitucional y, a pesar de las reuniones del tripartito para cerrar filas y aunar mensajes, cada integrante sigue apostando por sus propias fórmulas, en algunos casos contradictorias, y trata de ganar posiciones haciéndolas públicas en los medios de comunicación.

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Iñaki IRIONDO |

El pasado 29 de mayo, cuando la mayoría de los periódicos llevaban a sus primeras páginas detalles de la ley de consulta presentada por el lehendakari o la decisión del Gobierno español de prohibirla a través de un recurso al Tribunal Constitucional, GARA avanzaba que las formaciones del tripartito no tenían acordada una respuesta común al anunciado veto de Madrid. Hoy, once días después, y salvo algún esbozo de primeras intenciones sobre la convocatoria de una manifestación y de tratar de lograr cierto eco internacional, la situación sigue siendo la misma.

No hay nada definido y cada partido ha optado por exponer parte de sus propuestas en público, para tratar de ir ganando terreno. Este intento de tomar posiciones tiene un doble destinatario: por un lado el debate interno dentro del tripartito, donde finalmente será Juan José Ibarretxe quién acabe tomando las decisiones; pero también hay una apuesta de futuro, de cara a fijar mensajes en el electorado para cuando cada formación vaya por su lado en las próximas elecciones autonómicas.

El tripartito ha tratado de corregir esta dispersión en sus mensajes, pero hasta ahora no ha tenido éxito. La última reunión entre Juan José Ibarretxe, Iñigo Urkullu, Unai Ziarreta y Javier Madrazo para tratar de aunar ideas tuvo lugar el viernes y ayer sábado volvieron a lanzarse mensajes contrapuestos.

Por un lado, el presidente del grupo parlamentario del PNV en la Cámara de Gasteiz, José Antonio Rubalkaba, afirmó en Radio Euskadi que si el Tribunal Constitucional suspende la realización de la consulta, el PNV «no va a ir contra la decisión» del tribunal, porque siempre «acatan» las decisiones judiciales. Rubalkaba añadió que «yo le he oído a Iñigo Urkullu y le he oído al lehendakari Ibarretxe decir que nosotros aceptamos y acatamos siempre las decisiones judiciales y no nos vamos a mover». El portavoz jeltzale no paró ahí, y avisó a otros de que «el que diga que va a ir [contra la decisión del Tribunal Constitucional] que asuma la responsabilidad. Nosotros como PNV hemos respetado la ley durante estos 30 años y la vamos a seguir respetando», concluyó.

Pocas horas después, el presidente de EA, Unai Ziarreta, aseguraba ante la asamblea de su partido en Gasteiz que «si viene algún tipo de prohibición será el Parlamento vasco quien tendrá que marcar el camino a seguir a la hora de dar una respuesta», y advirtió de que «no va a ser ningún partido político el que marque cuál es la respuesta», lo que se entendió como una respuesta a las últimas declaraciones del PNV. «Lo que no podemos hacer es aceptar con naturalidad y con normalidad de antemano un escenario de negativa y aceptar sin más la legalidad española», concluyó Ziarreta.

Buscando la unión desde abril

El de ayer es el último episodio de mensajes divergentes que el tripartito está siendo incapaz de evitar, a pesar de que en teoría trabaja para ello desde hace más de un mes.

Las declaraciones del diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, del 23 de abril, dando por agotado el tripartito y poniendo en duda la viabilidad de la «hoja de ruta» del lehendakari; y la reacción inicial del presidente del EBB, Iñigo Urkullu, no cuestionando aquellas palabras, hicieron que se encendieran algunas luces rojas entre los socios del Gobierno de Lakua y en la misma Lehendakaritza.

A raíz de ello, a finales de ese mismo mes se produjo una reunión entre Ibarretxe, Urkullu, Ziarreta y Madrazo, donde se acordó cerrar filas en torno a los planes del lehendakari, tanto en conjunto como dentro de cada partido.

Este reagrupamiento interno -que fue especialmente evidente en el PNV a partir de la Asamblea Nacional del 10 de mayo- comenzó a hacer aguas dos semanas después, cuando Iñigo Urkullu anunció que las preguntas tendrían un rechazo explícito a la violencia de ETA, lo que después no se confirmó.

El viernes siguiente, el pasado 30 de mayo, no pudo celebrarse la reunión de coordinación de los máximos dirigentes del tripartito con el lehendakari. Sí la hubo este viernes. Se vio la necesidad de aunar los mensajes pero, al mismo tiempo, Iñigo Urkullu defendió su derecho a poder dar su opinión cuando le preguntan por las posiciones que adoptará el PNV ante cualquier eventualidad, tenga que ver o no con la consulta.

URKULLU

El presidente del EBB, Iñigo Urkullu, ha defendido ante sus socios en el tripartito el derecho que tiene a dar la opinión del PNV sobre cualquier materia, incluida la consulta, cuando se le pregunta por ello.

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