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Nostalgia, desengaño y humor en la nueva novela de Jorge Edwards

En plena celebración de la Feria del Libro de Bilbo, los escritores Jorge Edwards y Fernando Quiroz han pasado por la ciudad para presentar los libros con los que resultaron ganador y finalista, respectivamente, del Premio Planeta-Casamérica de Narrativa. Al conocido escritor chileno le han premiado por «La casa de Dostoievsky», una novela sobre jóvenes que quieren ser poetas, y al colombiano Quiroz por «Justos por pecadores», con el Opus Dei por telón de fondo.

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Karolina ALMAGIA | BILBO

Jorge Edwards (Santiago de Chile, 1931) ha buceado en sus recuerdos para escribir «La casa de Dostoievsky», en donde recrea el ambiente literario de los años 50. Su novela, que transcurre en París, Santiago de Chile y La Habana, habla de la poesía y de las ganas de ser poeta y mereció el Premio Planeta Casamérica, dotado con 200.000 dólares.

La novela de Edwards, quien fue Premio Cervantes en 1999 y recibió el pasado jueves la Pluma de Plata de la Feria del Libro bilbaina, está protagonizada por El Poeta, un personaje del que no se desvela su identidad. «En Chile lo van a relacionar con Enrique Lihn, un poeta de mi tiempo que ahora es muy leído por los jóvenes. Fue muy amigo mío y un día me contó una anécdota que fue el origen de esta novela: él tenía una pieza alquilada en una vieja casa, en la que se le acumularon tantas cosas, libros, papeles, trastos, máquinas, que un día no pudo abrir la puerta, se fue por la ventana, tiró la llave y ya no volvió más», explicó Edwards en una entrevista concedida a GARA.

En «La casa de Dostoievsky» hay varios temas -«el de la poesía, el de la evasión, el del compromiso y el de la libertad»- y una historia de amor con una mujer de nombre Beatriz. «Empieza siendo la musa del poeta, luego se transforma en su amante y acaba convirtiéndose en su mamá», añade. Pero hay muchas más cosas en esta novela. En ella, Jorge Edwars regresa a La Habana imaginariamente, muchos años después de que su libro «Persona non grata», muy crítico con el castrismo, le granjeara la enemistad de muchos intelectuales y colegas. «Julio Cortázar era muy amigo mío, pero se sintió muy escandalizado con ese libro. Nos distanciamos mucho. A partir de ahí perdí muchas amistades, pero gané otras, como la de Octavio Paz». Esta vez, el paso del protagonista por La Habana, aunque tiene su lado crítico -se habla del llamado «Caso Padilla»-, se fija más en «la noche cubana, el ron, la música, los garitos, los pianistas y la gracia de esa tierra».

En «La casa de Dostoievsky» se alude varias veces a Pablo Neruda, a quien Edwards frecuentó. «Yo era amigo de Neruda porque en aquella época todavía yo no escribía poesía. Los poetas no le tragaban porque era un personaje demasiado fuerte, era como una estatua que lo dominaba todo. Le hacían bromas muy pesadas, le decían Nerón, y eso sí lo cuento en esta novela». Jorge Edwards recuerda a Neruda como una persona «muy afectuosa y divertida. Traté de reconciliarle con Enrique Lihn, los invité a los dos a comer, pero terminó pésimo, fracasé».

Confiesa Jorge Edwards que en este libro hay «nostalgia» por aquel tiempo, pero también «desengaño y mucho humor». Aunque todos sus libros beben, en cierta medida, de su biografía, ahora el autor chileno baraja escribir «unas memorias basadas en la memoria profunda: infancia, fantasmas del pasado, los relatos que contaba mi abuelo, los que se oían en el patio del colegio, toda esa atmósfera previa al Jorge escritor».

Historia de amor con el Opus Dei por telón de fondo

Fernando Quiroz (Colombia, 1964) pasó parte de su infancia en un colegio del Opus Dei y estuvo un año metido en la orden religosa. Su experiencia en aquel mundo, en el que él reconoce rasgos de secta y que le dejó secuelas sicológicas, le llevó a escribir «Justos por pecadores», con el que quedó finalista del Premio Planeta-Casamérica 2008. «Es un tema que me buscó, porque lo que viví en el Opus me dejó marcado», señaló a este diario. Pero no lo escribió «como un libro de denuncia» porque «lo que a mí me gusta es contar historias, historias de amor, historias de relaciones de pareja». El hombre que sufre de amor en este su último libro es vírgen con más de treinta años y ha oído toda su vida que la mujer es símbolo de pecado. «Es un enamoramiento tardío que choca con las ideas que a él le han metido en la cabeza». Y comienza la odisea para cambiar de vida. «Salir del Opus no es nada fácil. Y cuanto más tiempo pasa es peor. Yo, con 16 años, tuve que oír que si me salía del Opus me entraría un cáncer. Por eso yo hablo de secta en algunas partes de la novela», explica el escritor colombiano. Su narración toma a veces tintes de thriller. «Ya los géneros se han roto. Ésta tiene momentos de novela romántica, momentos de novela policíaca y otros de novela intimista», apunta. Su anterior novela, «Esto huele mal» (Seix Barral, 2002) fue llevada al cine. «Ya sé que son dos lenguajes distintos, pero no me gustó el final que le dieron a la película», señala.

K.A.

NERUDA

«Yo fui amigo de Neruda porque en aquella época todavía no escribía poesía. Los poetas no le tragaban porque era un personaje demasiado fuerte, era como una estatua que lo dominaba todo».

Ficha

Título: «La casa de Dostoievsky». Autor: Jorge Edwards. Precio: 22 euros.

Título: «Justos por pecadores».

Autor: Fernando Quiroz. Precio: 23 euros.

Editorial: Planeta.

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