Todo es relativo. Pero lo que más, la información económica y/o meteorológica. He estado enredado con Eduard Punset que se ha rapado sus rizos y se ha echado una década encima y conversaba con un invitado sobre lo irracional y lo racional y toda la carga filosófica se volvía empírica al estar sentados en un pasillo de un supermercado y al tratar de un libro que intenta demostrar los actos reflejos que hemos adquirido por culpa de la machacona incitación consumista y que nos hace adoptar posturas de ahorro en la cesta de la compra que son absurdas, simplemente condicionadas por una visión del mundo que no se corresponde con ninguna idea más allá del dios Consumo. Parece ser que si empleásemos la razón, no compraríamos la mitad de las cosas. Claro, ni veríamos la tele. Mi contacto con «Redes», en esta ocasión, ha sido hacia las cinco de la madrugada, y me ha parecido una grata sorpresa para mi situación, pero una falta de respeto para el programa.

En CNN+, que repiten su informativo nocturno de manera inmisericorde cada pocos minutos, sin cambiar ni una entradilla, en su previsión meteorológica que tiene una de las animaciones gráficas más atractivas de todas las cadenas, mientras las supuestas cámaras iban desplazándose por la península ibérica por zonas geo-climáticas, la locutora repitió unas cinco veces consecutivas que en tal sitio haría sol, «pero podemos encontrarnos con chubascos dispersos». Me considero un exégeta del lenguaje empleado por los hombres y mujeres del tiempo, me encantan sus estabilidades variables, sus nubes de evolución diurna, pero cuando se ponen tan relativistas, cuando puede suceder una cosa y la contraria, supongo que estamos ante un mapa de isobaras muy complicado o frente a una redactora proveniente de economía o de información de partidos políticos donde el relativismo es dogma.

Lo llamativo en este caso es que «podíamos encontrarnos...» con variaciones en más de media península, por lo tanto se notaba más al sucederse la forma retórica. Yo recuerdo a mi abuelo que cuando le preguntaba si iba a llover, y en ese momento lucía el sol, siempre me contestaba: «si sigue así no lloverá». Y acertaba