El Ejecutivo de Uribe ve con agrado el llamamiento de Chávez a las FARC
El Gobierno de Álvaro Uribe ha acogido con satisfacción las declaraciones de Hugo Chávez, sobre las FARC. Para el ministro de Interior, Carlos Holguín, la guerrilla se «ha quedado sin argumentos». Al mismo tiempo, el discurso del presidente venezolano ha desatado los rumores sobre una pronta entrega de personas en manos de las FARC . El ex senador Luis Eladio Pérez contribuyó a esta teoría al afirmar que varias personas «están caminando hacia la libertad».
GARA |
Más allá de los rumores sobre una posible entrega de personas en manos de las FARC, la intervención del domingo de Hugo Chávez lo ha acercado en cierta manera al Gobierno de Uribe, que se congratuló de la postura del mandatario venezolano.
El ministro colombiano de Interior, Carlos Holguín, se mostró «sorprendido pero contento». «Ojalá que las FARC oigan y entreguen entonces a los secuestrados y vean que se quedaron sin ningún sustento ni soporte para continuar en el terrorismo y para continuar con su actividad criminal», subrayó.
En la misma línea, el titular de Defensa, Juan Manuel Santos, afirmó que «podemos sentirnos tranquilos y volver a entablar nuestras relaciones de buena voluntad para beneficio de nuestros dos pueblos. Ojalá esa actitud -en alusión a Chávez- se traduzca en hechos. Eso sería una muy buena noticia».
En un mensaje dirigido a Alfonso Cano, que sustituyó a Manuel Marulanda al frente de la guerrilla, el presidente venezolano pidió la entrega incondicional de todos los retenidos a «cambio de nada».
«La situación que vive América Latina y Estados Unidos, pareciera crear las condiciones favorables a un proceso de paz en Colombia, con un grupo de países e instancias que garanticen los acuerdos de paz, como ocurrió en Centroamérica», resaltó.
Así, pidió ayuda específicamente a Argentina, Brasil, Nicaragua, Ecuador, y los estados español y francés.
«Ya basta de tanta guerra, llegó la hora de sentarse a hablar de paz, llamamos al mundo a buscar ese camino», exclamó Chávez, para quien «la guerra de guerrillas pasó a la historia». «En América Latina está fuera de orden un movimiento guerrillero, y eso hay que decírselo a las FARC; eso quería decirle a Marulanda», añadió.
Dijo también que las FARC «se han convertido en una excusa del imperio para amenazarnos a todos nosotros; el día que se haga la paz en Colombia, se le acaba la excusa al imperio».
En este contexto marcado por declaraciones de unos y otros, el ex senador colombiano Luis Eladio Pérez, entregado en febrero tras casi siete años de cautiverio, sostuvo que varias personas «están en este momento caminando hacia la libertad. El país conocerá noticias muy pronto». Indicó que tales entregas pueden darse esta semana en territorio venezolano o ecuatoriano.
Mientras, el Gobierno sigue en su empeño por desprestigiar a la senadora opositora Piedad Córdoba, a quien acusa de colaborar con las FARC y no querer la entrega de Ingrid Betancourt.
Para el ministro de Interior, «lo que se demuestra con la senadora es que todo el mundo ha querido jugar con el intercambio humanitario a favor de sus intereses personales y políticos». «Todo lo que se dice contra mí; que odio a Ingrid, que quiero ser candidata presidencial, que no apoyo la liberación... trata de generar de desconfianza. No es un ataque contra Piedad Córdoba sino contra el acuerdo humanitario», remarcó.
En un artículo fechado el 5 de junio en las montañas de Colombia y publicado en la Agencia Bolivariana de Prensa (ABP), Iván Márquez, miembro del Secretariado de las FARC, acusó al presidente Álvaro Uribe de querer acabar con la vida de sus homólogos venezolano y ecuatoriano. «Intentó y sigue intentado matar a Hugo Chávez. El DAS, que es la CIA en Colombia, infiltró con ese propósito en Caracas a más de cien paramilitares y su jefe es el señor Uribe. El DAS está preparando varios grupos de sicarios para enviarlos a Ecuador a matar a Rafael Correa en coordinación con un general ecuatoriano de apellido Aguas», afirmó el dirigente guerrillero.
Asimismo, acusó al Ejecutivo de practicar «el terrorismo de Estado». «Está erigido sobre miles de fosas comunes, sobre el desplazamiento forzoso de cuatro millones de colombianos y el despojo de tierras, sobre la arbitrariedad de las redadas que llevaron a la cárcel a más de 150.000 ciudadanos». Afirmó que Uribe no sería presidente «sin el apoyo de la Casa Blanca» y criticó los motivos de fondo de la extradición a EEUU de 14 líderes paramilitares que «se disponían a involucrar a su hermano, al Ejército, ganaderos y empresarios».
En cuanto al contenido del ordenador atribuido a Raúl Reyes, muerto en el ataque a un campamento de las FARC en Ecuador, denunció que «fue transplantado, llenado con burdos montajes de la inteligencia y llevado a la escena de la violación de la soberanía de un país». «Que ningún Gobierno, pueblo y revolucionario se sienta chantajeado por un computador que no es el de Reyes sino del jefe de la Policía colombiana», resaltó.