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«Las catedrales son cajas negras solidificadas en las que se cuenta la historia de la ciudad»

La Catedral de Santa María de Gasteiz vuelve a estar presente en la literatura contemporánea. En esta ocasión se trata del último libro de Julio Llamazares, «Las rosas de piedra», donde recorre un total de 45 templos.

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Josune VELEZ DE MENDIZABAL | GASTEIZ

Julio Llamazares (León, 1955) estuvo hace poco a Gasteiz para presentar allí su nuevo libro, «Las rosas de piedra». Con el pórtico de la Catedral Santa María como escenario y sentado junto al actual director gerente del proyecto de restauración del templo gasteiztarra, Juan Ignacio Lasagabaster, Llamazares remarcó que su última novela «no es una guía de arte, ni de catedrales, es un libro literario en el que tan sólo cuento lo que veo. Y aquí al lado del director de esta catedral espero no haber cometido errores de culto».

Como ya lo hiciera con títulos como «El río del olvido», «Tras-os-Montes» y «Cuaderno del Duero», el autor vuelve a la literatura de viaje con su más reciente publicación. En esta ocasión Llamazares ha viajado por las catedrales del Estado español. «Se trata de un proyecto catedralicio. He cogido como pretexto las catedrales para recorrer el país y saber más del lugar donde vivimos», explicó. El escritor ha visitado un total de 45 catedrales para confeccionar el libro, entre las que no podía faltar el templo gasteiztarra.

La página 271 de su libro refleja su paso por Gasteiz en el capítulo «Vitoria: abierto por obras». Llamazares remarcó que para él Santa María «era una de las catedrales más singulares por cómo se están haciendo las cosas y el sentido que se le está dando». Y es que en opinión del autor, «el proyecto de restauración va más allá del punto religioso. Y, además, no sólo no se te impide el paso por estar en obras sino que se te invita a pasar». El autor relata en su novela las experiencias vividas entorno a las catedrales que ha visitado hasta el momento. «Lo que he descubierto en cada visita es que miramos, pero no vemos. Tenemos que aprender a mirar y para ello necesitamos tiempo; el tiempo es determinante», reflexionó.

Así, Llamazares pasó al menos un día visitando cada templo y reconoce que lo que hace la gente habitualmente es «abrir la puerta, girar a la derecha, dar una vuelta y en diez minutos ya está fuera». El propio título, «Las rosas de piedra», es una metáfora según describió el autor: «Alude a las grandes rosas que son estos edificios. Hay que ir deshojándolas para alcanzar a ver el espíritu de las generaciones del pueblo que leventaron esas piedras». Llamazares hizo hincapié en que son «cajas negras solidificadas en las que está la historia de la ciudad; el ADN gracias al que si sabes leer bien entiendes mejor su ciudad».

Este viaje literario del autor leonés es tan sólo la primera parte de un proyecto. El segundo volumen, que está por llegar, cerrará el recorrido con el resto de catedrales que le quedan a Llamazares por visitar.

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