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La defensa afirma que en el caso de Ibáñez «sólo cabe la libertad»

La defensa de Mikel Ibáñez, que todavía no ha podido ser traído al Hospital Donostia, ha alertado del grave estado del elgoibartarra y afirma que en su situación no cabe la prisión atenuada, tal como ha dictado la Audiencia Nacional española, sino la inmediata puesta en libertad. «Ante la gravedad del estado de salud no se puede alegar la gravedad del hecho que se imputa. Ésa es la regla general, y lo han dicho el Tribunal Constitucional y el Europeo», recuerda.

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Gari MUJIKA |

El delicado estado de salud de Mikel Ibáñez ha retrasado el traslado al Hospital Donostia que ordenó el jueves Baltasar Garzón y que estaba previsto que se produjera al día siguiente. Ayer, de hecho, aún no se había llevado a cabo. Pero no es ésta la única noticia respecto a este caso, ya que la defensa del preso elgoibartarra ha confirmado a GARA que ha interpuesto un recurso de reforma contra ese auto del juez de la Audiencia Nacional en el que rechazó la petición de liberación, aunque decretó prisión atenuada.

Garzón atendió a la Fiscalía en base a un argumento: «Por la gravedad del hecho cometido». Es a esa afirmación a la que responde el recurso de la defensa. «La regla general es, y lo han dicho el Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que la gravedad abstracta del delito no vale para justificar la medida de prisión. Pero es que en este caso debería ser aún más excepcional porque la situación médica es absolutamente grave y ante la gravedad de la salud no se puede alegar la gravedad del hecho imputado», declara a GARA el letrado.

Resalta, además, el hecho de que el magistrado se refiera a la culpabilidad del elgoibartarra cuando ni siquiera ha sido juzgado y se encuentra clasificado como preso preventivo desde marzo, cuando fue entregado a por las autoridades francesas. Otro de los argumentos esgrimidos para denegarle la libertad es el «riesgo de fuga», extremo éste también rebatido por la defensa en la alegación. En la situación de Ibáñez, insiste, «sólo cabe la puesta en libertad».

La demanda de liberación fue interpuesta el 30 de abril, una semana después de que, estando ingresado en la UVI del Gregorio Marañón a causa de un coma hipoglucémico, los médicos le diagnosticaran un cáncer de testículo del que fue operado el 13 de mayo. Al día siguiente, le dieron el alta y le enviaron de vuelta a prisión. Para entonces, Garzón contaba sobre su mesa con un escrito ampliatorio de la petición de libertad motivado por la nueva enfermedad.

El día 27 volvió al hospital para que le hicieran más pruebas. Su abogado lo visitó aquel día. «Le encontré con la tez pálida, en silla de ruedas, con la moral mal...», relata a este diario. Al día siguiente, se hallaba aún peor: «Medio moribundo, con la piel amarillenta, con mucho dolor y sin casi poder respirar».

Es el 29 de mayo cuando, con los nuevos informes, el abogado comparece de nuevo ante Garzón. Pero no fue hasta el jueves que el juez respondió al requerimiento, un mes y doce días después de que le fuera presentado. Y lo hizo para rechazarlo.

«Jokin y Marilo, a casa»

Gravemente enferma está también Marilo Gorostiaga, cuya puesta en libertad y la de Jokin Santxo -que ya ha cumplido las tres cuartas partes- fue exigida ayer en una movilización en Alde Zaharra de Iruñea.

La convocatoria de la plataforma popular que demanda la excarcelación de los dos vecinos del citado barrio reunió a cientos de personas, que tuvieron la oportunidad de escuchar unas palabras de Gorostiaga: «Aquí dentro es importante sentir que fuera estáis luchando para que todos podamos estar en casa».

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