La Real y toda Gipuzkoa quieren disfrutar de un ascenso que merece la plantilla y su afición. Y lo necesita el club como primero de los cuatro elementos que deben registrarse en muy poco espacio de tiempo para devolverle al único camino y al único escenario donde debe caminar.

La Real necesita ganar porque es el único resultado que le vale y no será fácil contra un Córdoba que lleva cuatro triunfos en los últimos cinco partidos y que necesita otro más todavía para certificar su permanencia en Segunda. Los andaluces dependen de ellos mismos, mientras que los guipuzcoanos necesitan que Tenerife y Eibar salgan con la máxima motivación para impedir los triunfos de Málaga y Sporting, que juegan en casa.

De los azulgranas no se puede dudar que lo van a dar todo porque, al margen del componente afectivo y de la cantidad de realistas que hay en el vestuario armero, se une la conveniencia institucional. Si la Real no sube el Eibar va a salir muy perjudicado económicamente porque ingresaría muchos menos dinero en virtud del convenio firmado entre ambas entidades.

La incógnita está en la actitud con la que pueda jugar el Tenerife. Lillo se quejaba con razón de las presiones que desde Málaga reciben los jugadores canarios para que no acepten las primas que puedan recibir de la Real, casi les recomiendan que no estropeen la fiesta. Lo más triste es que en el fútbol actual esté asumido que es una obligación primar a un rival para motivarlo y además los que reciben las primas tienen que creer que van a cobrar porque, con la crisis general, cada vez son más los equipos que no reciben lo estipulado al cumplir con su parte.

Si el Tenerife sale adecuadamente motivado y sin presión, el Málaga va a sufrir mucho para ganarle y en ese caso es muy probable que la Real suba si gana. Sería justo con un equipo que no merece semejante castigo por no recurrir a las malas artes para matar el partido jugado en Mendizorrotza. Sería triste que después de todo lo que han sufrido los realistas este año se queden sin premio por no empezar a tirarse al suelo y a perder tiempo en Gasteiz.

Anoeta rozará el lleno

El equipo blanquiazul se ha levantado tras el duro golpe recibido ante el Alavés y es muy difícil que no cumpla hoy con su parte, porque Lillo se encargó además de aportar el viernes lo poquito que le faltaba al equipo para salir hoy al 200%.

Además contará con el apoyo de un estadio que se llenará para vivir un ascenso que también se merece una afición ejemplar que ha sufrido demasiado en los últimos años. No hay nada mejor para redimir esas penas que subir en casa cuando menos esperanzas y opciones se ven.

Para lograrlo es necesario ganar y parece muy probable que Juanma Lillo se decante por un cambio en su dibujo con la entrada de Xabi Prieto por la derecha en lugar de Garitano. Por primera vez podría renunciar a los tres medios centros y recuperar el 4-4-2 de Eizmendi, con Delibasic y Díaz de Zerio en punta y la duda entre Gari y Nacho por la banda izquierda.

Mikel González se entrenó con normalidad y se espera que juegue esta tarde. Lillo no dio lista de convocados y prefirió citar a toda la plantilla, incluido al lesionado Gaizka Garitano, para vivir juntos las horas previas de un partido en el que todos los realistas quieren quitarse ese lastre que han tenido unos jugadores que en la gran mayoría no tuvieron oportunidades la temporada pasada de evitar el descenso. Ojalá ese peso que han tenido que asumir lo dejen hoy.