El Bellas Artes junta en una muestra sus obras más importantes del XIX
La exposición «De Goya a Gauguin. El siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbo», inaugurada ayer, se enmarca en la programación especial que quiere dar a conocer los fondos de la pinacoteca con motivo de su centenario. En esta ocasión se muestran cuadros de los fondos ocultos del museo y últimas adquisiciones, además de óleos muy conocidos.
Karolina ALMAGIA | BILBO
A lo largo de sus cien años de vida, el Museo de Bellas Artes de Bilbo ha conseguido reunir una valiosa colección de más de trescientas pinturas y esculturas del siglo XIX. Muchas de estas obras permanecían olvidadas en los fondos ocultos del museo, otras gozaban de un lugar fijo en las paredes de la pinacoteca. Recientemente, los responsables del centro han hecho una revisión completa de los fondos, han recuperado y restaurado algunos tesoros que permanecían en el depósito, han adquirido nuevas obras y, entre todo ello, han seleccionado 117 piezas que, desde hoy, se pueden admirar en la exposición «De Goya a Gauguin. El siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao».
Presentada el año pasado en Salamanca, Valencia y Sevilla, «De Goya a Gauguin» incluye una notable presencia de artistas vascos que fueron, junto con los catalanes, especialmente receptivos a las experiencias plásticas modernas en ciudades como París y Bruselas, según explicó ayer el director del Bellas Artes, Javier Viar, quien estuvo acompañado en la rueda de prensa por Gorka Martínez, de la Fundación BBK, entidad patrocinadora.
Nada más entrar a la sala BBK del museo, el visitante se encuentra con varios retratos de Francisco de Goya: el del poeta Moratín, que se expone por primera vez después de su sorprende restauración, y el de Martín Zapater. Cerca, el neoclasicismo de José de Madrazo, una gran pieza de tema bíblico de Friedrich Rehberg y el talento retratista de Vicente López, con una de las obras más importantes de la colección, adquirida hace dos años por el museo.
El romanticismo es otro importante capítulo de la colección propia. Así, se exponen obras «de estirpe goyesca», como las de Leonardo Alenza y Eugenio Lucas; de costumbrismo andaluz, como las de Fernández Cruzado, Esquivel y Andrés Cortés; o el paisaje romántico de Jenaro Pérez Villaamil, que es una de las obras maestras de la exposición. El contrapunto realista lo ponen Carlos de Haes, Martín Rico, Aureliano de Beruete y Jaime Morera, orientados hacia el paisajismo impresionista.
Siguiendo el recorrido, aparecen escenas de historia, costumbre y bíblicos: Vicente Palmaroli, Antonio Gisbert, Luis Álvarez Catalá, Alejandro Ferrant, Ricardo Balaca, José Echenagusia, Egusquiza, Barroeta y otros. Entre los retratos, destaca uno de Ángel María Cortellini rescatado de los fondos ocultos del museo, donde ha permanecido muchos años. También en el depósito llevaba treinta años un retrato de Sorolla ahora expuesto.
A un bodegón de Ribot y a varias piezas del bilbaíno Zamacois hay que sumar una representación de Adolfo Guiard, Anselmo Guinea, Monticelli, la impresionista norteamericana Mary Casatt y Paul Gauguin, con la valorada «Lavanderas en Arlés». Rusiñol, Mir, Darío de Regoyos, Zuloga, Iturrino y Larroque también tienen su presencia en una muestra donde la escultura está representada por Mogrobejo y Durrio.
Paralelamente a la apertura de la exposición, el Bellas Artes ha editado una completa monografía que incluye el análistos de varios especialistas sobre 130 obras de 67 artistas del siglo XIX.
Lugar: Museo de Bellas Artes de Bilbo.
Fecha: Del 16 de junio al 28 de setiembre.
Horario: De martes a domingos, de 10.00 a 20.00 h.
Precio de la entrada: De 4 a 5,50 euros. Miércoles gratis.