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Raimundo Fitero

Secuestrada

Poner de título «Colombia secuestrada» a un reportaje del programa de La 2, «En Portada», marca su contenido de una manera casi imposible de superar. Es un gran problema el que existe sobre la utilización del secuestro como instrumento económico o político, y parece ser que no solamente las siglas más mediatizadas son las que producen estos actos, sino que se extiende de una manera muy generalizada, y se habla de los miles de «secuestros invisibles», que se vienen produciendo constantemente. Secuestros que se solucionan con el pago de un rescate, o con el uso de una violencia extrema, pero que acaban en el silencio por la propia coacción de quienes lo realizan.

El programa de La 2 tuvo una virtud importante. No era un reportaje anti-FARC, aunque nadie puede decir que ni por asomo fuera una entrega que justificara nada, pero sí dejó que se escucharan algunas voces no totalmente oficialistas. Seguramente los que hicieron esta crónica, tienen material sobrante con el que se podría explicar mejor algunas intervenciones, algunas omisiones o probablemente cortes en el montaje definitivo que nos dejan sin aclarar algunos asuntos. Escuchamos a una defensora de los derechos humanos, que fue secuestrada por los paramilitares y que es acusada veladamente por el gobierno de Uribe y sus sicarios mediáticos de colaborar con la guerrilla. Madres de jóvenes desaparecidos, secuestrados o simplemente abducidos por algún grupo operativo. Y quizás lo que más sorprendió de esta entrega era la voz de algunos familiares que reclamaban el mismo interés gubernamental, de las organizaciones humanitarias y de los medios de comunicación sobre aquellos secuestrados que no pertenecen ni al ejército ni a la clase política. Una denuncia muy sencilla, pero muy clara.

Un reportaje fresco, ya se había producido el turbio asunto de la muerte de Ramón Reyes, aunque no la de «Tirofijo», y con una voluntad de intentar dibujar enteramente el mapa del dolor y de la violencia política y social existente. Nos supo a poco. Lo que nos ofreció se mostró de manera tímida. Cada día hay más secuestros de la libertad de expresión.

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