La mayoría de los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), reunidos ayer en Luxemburgo, defendió mantener una reflexión acerca de cómo proceder tras el «no» de Irlanda al Tratado de Lisboa con el objeto de buscar una solución a una nueva crisis en el proceso de institucionalización. Asimismo, la gran mayoría se mostró partidaria de continuar con el proceso de ratificación, mediante la vía exclusivamente parlamentaria, de los ocho estados que aún no se han pronunciado.

El ministro esloveno de Exteriores, Dimitri Rupel, cuyo país ejerce este semestre la Presidencia de la UE, admitió ayer que «sería arriesgado decir que vamos a devolver la vida al Tratado» y reconoció que «no tenemos ninguna solución para el `no' irlandés».

«En la actualidad nos enfrentamos a un bloqueo. Ahora es tiempo para pensar un poco, analizar y escuchar» a la espera de que lo que decidan los jefes de Estado y de Gobierno de los 27, cuando se reúnan este jueves y viernes en Bruselas, explicó Rupel a su llegado al Consejo. «Vamos a escuchar al ministro irlandés Micheál Martin, quizá él tenga una solución, pero ciertamente vamos a esperar, pensar, analizar, consultar y debemos respetar el voto que se ha producido», agregó el ministro esloveno.

Para Martin, la decisión que expresaron los irlandeses el pasado jueves «debe ser respetada», porque a pesar de haberla acogido «con decepción», se trata de «una decisión democrática del pueblo irlandés». «Es demasiado pronto, en nuestra opinión, para empezar a buscar soluciones hasta que se se analicen las cuestiones subyacentes detrás del voto irlandés», consideró.

«Obviamente, estamos decepcionados con la decisión y el resultado», admitió Martin a su llegada al Consejo. «Irlanda tiene que consultar ampliamente con el resto de países cuál es la mejor manera de seguir adelante, dado que hay consecuencias derivadas de la votación del pasado jueves para la propia Unión, para el Tratado y para el pueblo irlandés», aseguró Martin.

«Estamos en una situación incierta, pero Europa ha estado en esa situación antes y conjuntamente Europa, trabajando con los estados miembros, será capaz de gestionar una manera de avanzar. Este es nuestro deseo», admitió el jefe de la diplomacia irlandesa. «Aunque no hay soluciones rápidas, Irlanda ha sido y seguirá siendo un miembro entusiasta de la Unión Europea».

Preguntado por la posibilidad de un segundo referéndum como vía para aprobar el Tratado de Lisboa, Martin recalcó que «es demasiado pronto para hablar de cualquier solución posible o propuestas», pero aseguró que Dublín respetará que continúe el proceso de ratificación en los otro ocho estados miembros que aún no lo han hecho.

«Igual que en Irlanda hemos pedido respeto por el proceso de toma de decisión en Irlanda y también por la decisión que el pueblo irlandés ha tomado, creo que es importante que nosotros también respetemos los procesos de toma de decisión en otros estados miembros», declaró Martin. «En este sentido, comprendemos que los países continuaran ratificándolo», agregó.

Por su parte, el ministro británico de Exteriores, David Milliband, defendió escuchar «la evaluación preliminar» de su colega irlandés y responder al «no» «de forma tranquila y respetuosa, dejando espacio al Gobierno irlandés para hacerse a la decisión del referéndum y decidir sus próximos pasos, ya que es a él a quien le corresponde decidir si celebra una segunda votación o no», admitió al ser preguntado por esa posibilidad.