El presidente no ofreció tampoco claridad anoche en su programa televisivo y no expresó qué pasará con el pago de las fichas
Los accionistas deciden el futuro en la Junta más crítica
Los seis meses de Badiola serán sometidos a votación, sin información clara del club de su gestión ni de sus futuras medidas
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
Los accionistas de la Real Sociedad están citados a las de 19.30 hoy en el estadio de Anoeta para la Junta de Accionistas más importante de su historia, que curiosamente es aquella en la que los dueños del club han recibido menos información para tomar la decisión más trascendente de la historia de la SAD.
No sólo no se ha dado información económica clara para analizar la situación crítica en la que está la Real -los accionistas sólo han podido recibir la que siempre ha ofrecido el club a través de gara.net, donde hoy todavía está disponible un amplio dossier informativo-, ni tan siquiera está claro qué van a votar porque Badiola no ha hecho públicas las propuestas concretas. Sólo aparece un expediente de regulación de empleo del que no se sabe ni a cuantos trabajadores influye, ni lo que supone de ahorro ni si le afecta otra medida esperada, la Ley Concursal.
Lo único claro es que la Junta de hoy es una oportunidad que ofrece Badiola para que los accionistas decidan si confían en él o no. De lo que ha sucedido en estos seis meses el único responsable es él, porque los que se sienten engañados no hicieron más que creer que lo que decía en campaña era verdad. Ahora se ha demostrado que no. Si tras ello entienden que debe seguir la responsabilidad de lo que pase en adelante será de los accionistas, que ya han tenido oportunidad de conocer la realidad.
Antoñana y los consejeros
Es una incógnita saber qué va a pasar hoy en Anoeta porque depende del porcentaje de participación. Parece segura la división salvo que el portavoz Luis María Antoñana y los consejeros de Badiola recapaciten. Ellos no tienen que ponerse en la tesitura de creer a su presidente o a un medio, sino la obligación de acceder a los documentos que demuestran quién falta a la verdad y actuar en consecuencia. Si el que lo hace es Badiola, deberían dimitir antes de las siete de esta tarde porque es lo único que permitirá que Anoeta no refleje hoy la fractura que mata a este club. La Real está en un momento crítico y lo fundamental es que quién la dirija sea capaz de trasmitir confianza y unidad.
«Los trabajadores, un 6%»
El Comité de Empresa emitió ayer un comunicado bajo el título «todos y todas somos necesarios», en el que indica que «hemos sido la plantilla quienes siempre hemos estado trabajando por y para la Real Sociedad (...). Por eso cuando ahora el presidente pretende que la Real prescinda de una buena parte de los trabajadores bajo el pretexto de una mala situación financiera es cuando tenemos que deciros que la clave de la viabilidad económica no pasa por el coste de los salarios de los trabajadores, que representa un exiguo 6% dentro del presupuesto, sino por la definición de un modelo viable del club a la vez que por la contención del gasto y el freno a unas inversiones ruinosas en jugadores».
«Queremos llamar la atención de toda la afición para que no se busque en nosotros a los responsables de esta situación y pretendan hacernos pagar las malas gestiones realizadas, los gastos excesivos, la falta de vías de ingresos económicos, las promesas no cumplidas. No podemos aceptar que se pretenda presentar, camuflado bajo el punto 2 del orden del día, un expediente de regulación de empleo que ponga en riesgo nuestros puestos de trabajo».
La víspera de la Junta trajo dos movimientos extraños. Por una parte Badiola ordenó pagar ayer unos 300.000 euros a jugadores que no son de la cantera y cobran su ficha cada mes y que llevaban dos sin cobrar. Por otra parte, el abogado que Badiola mandó de Madrid para el primero de los juicios llegó ayer antes del mismo a un acuerdo con la persona despedida, dispuesta a alcanzarlo siempre sin que ni en el acto de conciliación se le ofreciera esa opción. Pues para buscar un acuerdo manda a un abogado de Madrid un día a Donostia, con lo que cuesta eso.
La Asociación de Pequeños Accionistas de la Real Sociedad (APARS) criticó con dureza la gestión de Badiola y dejaron claro su deseo de que prospere hoy una remoción que esperan que llegue a ser propuesta y que una Junta Gestora asuma las riendas de la entidad. Pero lo más significativo de su rueda de prensa para entender qué ha pasado en la Real en los últimos tiempos es que aseguraron que Badiola trasladó hace tres semanas a los jugadores que si no subían no iba a haber dinero para pagar la segunda parte de las fichas, algo explicado ayer por GARA. Ese mensaje y esa presión no han ayudado al equipo, que en los tres últimos partidos sólo sumó dos puntos.
Juan Carlos Ibáñez señalaba que «no creo que la mejor manera de ayudar al equipo sea meterlo bajo presión continuamente. El equipo es una de las pocas cosas que ha funcionado dentro de sus limitaciones. Ha estado bien, ha luchado y ha creído, no se le puede reprochar nada. Decirles que no hay dinero para pagar sus fichas si no suben no es una manera de ayudarles». Y es que los que todavía no quieren admitir el engaño y creen en Badiola no se dan cuenta de que lo que ha pasado este año con los técnicos o lo que han visto los jugadores sólo provocará que a la Real no quiera venir nadie de nivel y los que están y tengan la opción de salir la aceptarán si no hay cambio de Consejo.
Con ese fin Ibáñez esperaba que «acuda la gente en masa. El que tiene acciones es tan importante como el que más porque somos el 70% de la masa accionarial y la afición es la mejor del mundo. Con todo lo que ha llovido sigue estando ahí». Pide que alguien dé un paso adelante: «A los que estuvieron en la campaña electoral dando un pasito para adelante y dos para atrás les decimos que debemos mojarnos todos. Nosotros no queremos ocupar cargos, pero sí apoyaremos a una Junta Gestora».
Ante los datos económicos difundidos por Badiola, señalaban que «si partimos de la base de que no me los creo... Estamos abocados a una quiebra, a la Ley Concursal o una suspensión de pagos porque no se ha traído nada de lo prometido. Han sido muchas promesas, mentiras, engaños, desprecios y falsedades».
ITURRIA