Dominique Lapierre se muestra satisfecho con la adaptación al cine de su novela «Oh Jerusalén»
El escritor considera que su libro sobre el origen del conflicto palestino-israelí se ha trasladado a la pantalla con la objetividad necesaria. La película se estrenará el próximo 4 de julio en los cines.
GARA | MADRID
Dominique Lapierre ha encontrado, casi 35 años después de que escribiera, junto a Larry Colins, su novela «Oh Jerusalén», de la que se vendieron 50 millones de ejemplares, a un director que llevara la historia de la creación del Estado de Israel en 1948 a la gran pantalla con la misma objetividad con la que ellos retrataron el inicio del conflicto israelo-palestino. La película, dirigida por Elie Chouraqui, se estrenará en el Estado español el próximo 4 de julio.
«Durante 35 años hemos leído muchos guiones de grandes directores pero con todos tuvimos la impresión de que era una película árabe o una película judía. Ninguno conseguía presentar una visión objetiva de estos acontecimientos», confesó ayer en la presentación de la película en Madrid Dominique Lapierre. El co-autor de «Oh Jerusalén» se mostró contento de haber dado con Elie Chouraqui -que en el año 2000 fue galardonado con el premio a la mejor película por «Las flores de Harrison» en el Festival de Donostia- para llevar su novela a la gran pantalla.
«Oh Jerusalén» recrea la historia de la creación del Estado de Israel en 1948 a través de dos amigos, uno árabe y el otro judio. Su historia les lleva desde las calles de Nueva York a Tierra Santa, donde arriesgan sus vidas luchando por lo que creen. En el filme se mezclan valor, violencia, política y un fuerte sentido de la moralidad.
«La novela, y ahora la película, permiten explicar a un público de hoy cómo empezó un conflicto que está presente todos los días en los periódicos y que pocos conocen», apuntó el periodista y escritor francés. Junto a su compañero Collins, que falleció el mismo año que Chouraqui acabó el rodaje, Lapierre tardó más de cinco años en escribir el libro, para el cual recorrieron Egipto, Irak, Siria y Líbano en busca de refugiados árabes. «Evidentemente, Chouraqui ha tenido que hacer un ejercicio de selección, pero lo importante es que ha sabido transmitir el mensaje del libro y que el mismo resulte creíble», señaló. El escritor se mostró pesimista sobre la resolución del conflicto. «En mi vida no creo que vea la paz entre israelíes y palestinos, pero sí confío en que lo presencien mis hijos o mis nietos porque yo, que soy un niño de la Segunda Guerra Mundial y nunca pensé que Alemania y Francia se reconciliaran, no puedo aceptar que los conflictos no acaben con la paz», dijo. «Es difícil porque el problema de fondo es religioso pero es tierra de milagros», añadió.