El cine danés de animación tenía una cuenta pendiente con el máximo fabulista nacional Hans Christian Andersen, pero los guionistas no terminaban de encontrar una manera de actualizar unos cuentos tan simples, de cara a su desarrollo visual mediante las nuevas técnicas infográficas. Michael Hegner y Karsten Kiilerich vieron un posible camino, después de mucho tiempo de cambios con respecto al proyecto inicial, hasta conseguir un producto competitivo a nivel internacional. La clave estaba en tirar del hilo que Andersen tejió, al imaginar un pato feo que se convierte en un bello cisne, bajo la idea a explotar de que las cosas nunca son lo que parecen.

Así, el patito del viejo cuento iba a tener ahora un padre atípico, pues se hace cargo de él una rata, la cual, a su vez, por extraño que parezca, tiene un primo que es un gato. De esta manera alegórica se muestra a los niños más pequeños que las familias no tienen que seguir necesariamente el modelo tradicional, según unos roles fijos establecidos. Existen otro tipo de grupos heterogéneos cuyas relaciones no son menos fuertes que las cosanguíneas, puesto que se basan en el amor, independientemente del aspecto atípico que tengan las personas que establecen esa unión.

El pequeño protagonista de «Ahatetxo itsusia eta ni» -que se estrena en su versión en euskara a nuestros cines- tiene un aspecto desvalido pero entrañable, haciendo valer la convicción de que el ser diferente no tiene porqué provocar rechazo. Al salir del cascarón lo primero que ve es una rata, a la que instintivamente llama mamá, aunque en realidad se llama Ratso y es un espécimen de ciudad acostumbrado a sobrevivir en los bajos fondos. Contra todo pronóstico, la contemplación de la indefensa criatura despierta su lado responsable y asume la paternidad adoptiva, no dudando en luchar por sacar adelante a su pequeño y llevarle comida mientras huye de las peligrosas ratas de alcantarilla de la ciudad y los altivos gallos del corral. Todos los personajes fueron diseñados primero sobre el papel y posteriormente tomaron cuerpo digitalmente con la animación en 3-D.