Las primeras cifras procedentes del estreno norteamericano indican que «El increíble Hulk» no podrá alcanzar las recaudaciones punteras que consiguió «Iron Man», lo que seguramente obligará a la Marvel a ajustar presupuestos e ir encontrando el rendimiento medio de las producciones de su recién creado estudio cinematográfico. Como culpable del bajón observado en este segundo proyecto lanzado al mercado aparece Edward Norton, debido a que el actor hizo pública sus diferencias con los productores y dejó al descubierto su disgusto con el montaje final. Fue contratado por su parecido con Bill Bixby, rostro televisivo del científico Bruce Banner que se transforma en La Masa. Desde el principio impuso la condición de intervenir en el guión, pero luego quiso ir más lejos y definir la película en base al desarrollo dramático de su personaje. Los test previos indicaron que su versión gustó menos que aquella otra en la que primaba la acción, por lo que el montaje del actor quedó eliminado.

Resulta complicado saber lo que hay de Edward Norton en el argumento de «El increíble Hulk», aunque básicamente quería prescindir de volver sobre los orígenes de la criatura, que son de sobra conocidos. Le interesaba más mostrar la lucha que el doctor Banner mantiene consigo mismo, en su desesperación por hallar una fórmula que le libere de la alteración que sufre y le convierte en un gigante verde. La cuestión es que había que encontrar otro tratamiento diferente del escogido por Ang Lee en «Hulk», a sabiendas de que nunca superarían artísticamente esa película y sólo podían aspirar a vencerla en la taquilla, lo cual está por ver. Como quiera que la unión hace la fuerza, la idea de la Marvel es reunir a Hulk y a Iron Man en «The Avengers», presentando de paso a Thor y El Capitán América en plan muestrario.