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Xabier Silveira Bertsolari

Delincuencia

¿Acaso no está delinquiendo quien deja que una casa se pudra a la vez que personas sin techo deambulan por ahí?

Llegaron al grito de «¡cuidado, vienen los malos a robarnos, a secuestrar a nuestros críos, a vender droga, a quitarnos el trabajo!, y nos pusieron videocámaras y seguratas por todas partes, en cada esquina. Y nosotros encantados de la vida.

Una vez situadas todas ellas en lugares estratégicamente perfectos, llegaron los inmigrantes-maleantes, las peleas entre bandas a las puertas de las discotecas, las palizas al que pasa por allí o por cualquier otra parte, asaltos a trenes y metros, robos masivos a entidades bancarias utilizando tecnología punta, ocupaciones de casas que no encajan en el perfil de vasco con churros por que son familias de rumanos, redes de prostitución al margen de la de siempre... Un sin fin de gentes que sólo viven para delinquir, para jodernos la vida.

Pero las largas zarpas de la delincuencia vienen más aquí que todo esto y los centros comerciales son la diana preferida de quien quiere lo último pero sin pagarlo. Nike, Ray-Ban, Jabugo... ¡Gratis! Como los vampiros de la red, que roban música a artesanos del do-re-mi-fa-sol. Los piratas son los malos, la propia palabra lo dice (os buenos son los que van a su casa a llevarse su pescado, su comida, para venderlo).

Así, no extraña ver a los guardas de seguridad de Renfe echando a patadas de un vagón a cualquiera que no haya, por ejemplo, pagado el billete. A agentes de la Policía Municipal apaleando a moros por la puta cara, sospechosos de ser moros. Cipayos desalojando a gente -rumanos- que apenas pueden comer todos los días; eso sí, sin cámaras de TV a la vista. Donde sí hay cámaras a la vista es en los bancos, en los Eroskis, en las calles... Excepto en los calabozos de las comisarías y cuarteles, están en todas partes. Y los ciberpolicias, que no llegan a descubrir las cientos de webs nazis que hay, pero las de terroristas las pillan al vuelo.

El tema es que si con tantas medidas de seguridad aún continúan sucediéndose centenares de actos delictivos cada semana, habrá que poner más. Más cámaras, más policías, más seguratas. Más de todo. O, es la otra opción, cambiar -dejaros de tocar la Constitución- el diccionario.

¿No es delincuencia disfrazarse de policía y andar pegando a la gente como hacen los Rambos de la seguridad privada? ¿Acaso no está delinquiendo quien deja que una casa se pudra a la vez que personas sin techo deambulan por ahí? ¿Por qué no es delito utilizar el transporte público para crear centenares de puestos de directivos que se forran cobrándonos el viaje en un autobús comprado con nuestro dinero? ¿No comete acto delictivo alguno quien, al instalar un centro comercial que funciona explotando a jóvenes, despoja de sus trabajos a pequeños comerciantes de la zona y propicia a su vez la muerte de los pequeños núcleos urbanos? ¿Me vais a decir que hay mayor robo que vender los CD con diez canciones a veinte euros?

Delincuencia es la vuestra, ¡asquerosos!

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