Dice el coordinador general de Ezker Batua, Javier Madrazo, que PSE y EHAK debieran tomar ejemplo de su partido y escuchar a sus bases para determinar el sentido del voto en el pleno del Parlamento de mañana.

En primer lugar, convendrá Madrazo que resulta cuando menos poco convencional que un partido haga un referéndum entre su militancia para saber qué votar ante un proyecto de ley que ha presentado el gobierno al que pertenece. Quizá no era más que un acto fallido y lo que el partido busca saber en realidad es dónde está él mismo.

Pero además hay un elemento con el que Madrazo no cuenta a la hora de elaborar su discurso «de izquierda». Y no es un elemento menor: se trata de la realidad. Y la cruda realidad es que EHAK tiene sus actividades suspendidas por la Audiencia Nacional y, por tanto, no puede organizar ni un referéndum, ni una colecta para el Domund bajo la amenaza de que quien ponga la urna (o la hucha) dé sus siguientes pasos en el patio de alguna cárcel española. Y, pese a todo, aunque Madrazo no se haya enterado, seguro que ha contado con sus bases.

A veces, antes de hablar de que se ha dado «al resto de formaciones una lección de coherencia» conviene recordar dónde se vive.