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Pleno en el Parlamento de Gasteiz

El tripartito dice que es el inicio de un camino, pero no explica su próximo paso

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Iker BIZKARGUENAGA | GASTEIZ

Las intervenciones de los portavoces del tripartito siguieron la estela del lehendakari, en el sentido de otorgar un carácter histórico a la jornada, siendo Joseba Egibar el más entusiasta en su discurso -los rostros de algunos representantes de su partido sentados en las gradas no eran tan expresivos-, y en el de anunciar que el de ayer no era sino el inicio de un camino que «no se acaba aquí, ni el próximo 25 de octubre», como sostuvo Unai Ziarreta.

Sin embargo, ni el portavoz jeltzale, ni el presidente de EA ni la parlamentaria de EB Kontxi Bilbao explicaron cuál va a ser la respuesta de los partidos del Gobierno de Lakua ante el anunciado recurso suspensivo del Ejecutivo del PSOE.

Egibar, ante la afirmación de Nekane Erauskin de que será el propio PNV quien acepte el veto impuesto por las autoridades españolas a la consulta, se limitó a responder que «si no conseguimos del Estado el ejercicio del derecho de decisión no va a ser por falta de valor o de determinación», y a preguntar a la portavoz independentista en qué se basa para augurar que la formación jeltzale va a protagonizar un «fraude». El dirigente guipuzcoano del PNV defendió la importancia de la iniciativa que Ibarretxe ha llevado al Parlamento, y sostuvo que, aun sin ser vinculante, la consulta «otorga una nueva legitimidad política con capacidad transformadora» y «es el germen de un nuevo sujeto político».

Ziarreta no le fue a la zaga y afirmó que la consulta «es un camino que vamos a tener que recorrer todas las formaciones políticas, sociales y sindicales que creemos en una Euskal Herria reunificada e independiente». A su parecer, la «única salida es la consulta», sobre la que matizó que «no plantea la separación ni la segregación del Estado español, ni la independencia, y no tiene efectos jurídicos vinculantes», aunque sí «un efecto político enorme».

El hecho de que la consulta -que no referéndum, como puntualizaron sus defensores- no tenga carácter vinculante fue recordado por los portavoces del tripartito. Lo hizo por ejemplo Kontxi Bilbao, quien se valió de este hecho para defender su carácter «legal y legítimo». Al PSE, como también hizo luego su compañero Oskar Matute, le reprochó que vaya de la mano del PP cuando ellos le dieron todo su respaldo en el fallido proceso de negociación, al contrario de lo que hizo el partido de Mariano Rajoy.

La primera en intervenir en el bloque de los partidarios de la consulta fue la parlamentaria de Aralar, Aintzane Ezenarro, que hizo suyo el proyecto de Lakua «porque aborda la raíz del conflicto político», aunque pidió a Ibarretxe que, una vez aprobado por el Parlamento, sea éste quien gestione el proyecto.

«Ha preferido la imposición»

Las intervenciones de PP y PSE fueron, como es lógico, muy distintas. Patxi López echó en cara a Ibarretxe que «en todo su mandato nunca ha convocado a los partidos democráticos a una mesa para hablar y debatir sobre las ideas que tenemos cada uno para definir el futuro de este país». «Ha practicado sólo el monólogo, hablando exclusivamente con los que piensan igual que usted; nunca ha buscado el entendimiento, sino que ha preferido la imposición», le reprochó, al tiempo que sostenía que «la sociedad vasca está harta de conflictos, de divisiones y de enfrentamientos provocados artificialmente».

Antes que él tomó la palabra Leopoldo Barreda que, en un tono más faltón que socarrón, cargó contra el mandatario autonómico. Así, el portavoz del PP le acusó de haberse dedicado las últimas semanas «a cortejar los votos» de Ezker Abertzalea y consideró «antidemocrático poner en cuestión la legalidad».

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