El candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, y su antigua oponente Hillary Clinton dieron ayer por acabada su rivalidad de las primarias al comparecer juntos, por primera vez, en un mitin en la simbólica localidad de Unity (Unidad), donde ambos lograron el mismo número de votos en las primarias de enero.

Unidad «no sólo es un lugar precioso, como podemos ver, es un sentimiento maravilloso», afirmó Clinton, al subir junto a Obama al escenario. «Sé que lo que estamos comenzando ahora en estos prados lo terminaremos sobre las escalinatas del Capitolio cuando Barack Obama jure su cargo como próximo presidente de EEUU», agregó entre los aplausos del numeroso público congregado en esta localidad de New Hampshire de poco más de 1.700 habitantes.

Los dos senadores hicieron todo un despliegue, en gestos y palabras, para señalar que las tensiones de las primarias, aún perceptibles, han quedado superadas entre ellos y que sus votantes deben seguir su ejemplo.

Obama se declaró «feliz, honrado y conmovido» por el hecho de comparecer juntos ante los votantes y destacó «lo buena que es, lo comprometida que está con la causa» la ex aspirante.