El Gobierno israelí aprobó ayer por una amplia mayoría un acuerdo de intercambio de presos por cuerpos de soldados con la formación libanesa Hizbullah, según señalaron fuentes gubernamentales sionistas.

El acuerdo, que prevé el retorno a Israel de los cuerpos de dos soldados hechos prisioneros en julio de 2006 por Hizbullah en la frontera libanesa, fue aprobado con el visto bueno de 22 de los 25 ministros que forman el gabinete de Ehud Olmert.

Según un comunicado oficial, únicamente los ministros de Finanzas, Vivienda y Justicia votaron en contra del acuerdo.

Los jefes de los servicios de seguridad interna (Shin Beth) y de los servicios secretos (Mossad) se opusieron firmemente, ante el Consejo de Ministros, a que se realizase un intercambio de presos por cadáveres, a pesar de que existen precedentes.

En cambio, el jefe del Estado Mayor, Gaby Ashkenazi, con el apoyo del ministro de Defensa, Ehud Barak, instó a los ministros a apoyar el acuerdo al considerar que el Ejército tenía un deber con las familias.

Al inicio de la reunión, el primer ministro, Ehud Olmert, pidió a los miembros de su gabinete que apoyaran el acuerdo, negociado con la intermediación de Alemania, tras anunciar que los dos soldados estaban muertos.

Olmert declaró que «no hay ninguna posibilidad» de que los dos soldados israelíes sigan vivos, según el comunicado.

«No tenemos ilusión, en Israel tendremos tristeza y humillación, teniendo en cuenta los festejos que tendrán lugar en la otra parte», añadió, en referencia a Líbano.

En cualquier caso, Olmert mostró su acuerdo al intercambio con Hizbullah de los cuerpos de los soldados Eldad Regev y Ehud Goldwasser por presos libaneses y pidió a los ministros que hicieran lo mismos «a pesar del alto precio que tendremos que pagar», destacando que el Gobierno israelí tiene el deber de asistir a las familias de los soldados.

A cambio de los cuerpos de Regev y Goldwasser, Israel va a liberar a cinco presos libaneses y devolverá a Hizbullah los cuerpos de ocho combatientes enterrados en Israel, además de varios cadáveres de ciudadanos libaneses, según una fuente oficial.

Por otra parte, Israel se ha comprometido a liberar «un determinado número» de presos palestinos, que elegirá según sus criterios.

Según algunos ministros, la puesta en marcha del acuerdo debería suponer de diez días a dos semanas.

Después de varias semanas, los ministros israelíes estaban sometidos a una creciente presión de la opinión pública, sensible al dolor de las familias de los soldados desaparecidos, que fueron informadas antes de que el acuerdo se hiciera público.

La prensa israelí se ha hecho eco ampliamente de sus demandas, en las que reprochaban al primer ministro sus «tergiversaciones», pese a que reconocían que el Gobierno se enfrentaba a un dilema.

Samir Kantar, del Frente de Liberación de Palestina (FLP), es uno de los presos libaneses que serán liberados. Fue condenado en 1980 a 542 años de cárcel por matar a dos civiles y a un policía israelíes. Olmert señaló que la retención de los soldados israelíes por Hizbullah buscaba liberar a Kantar.