Los pronósticos o las sensaciones previas tienen un valor justo en el Tour. Cualquier error, cualquier trastada de la fortuna, cualquier mínimo accidente echa por tierra la preparación más escrupulosa o la aspiración más legítima.

Pero seguro que incluso esos factores, aunque parezcan ir por libre, tienden a favorecer a los ciclistas que, en este caso, llegarán a Brest con los deberes hechos. Y en ese sentido, parece evidente que Alejandro Valverde se lleva la palma. El corredor murciano ya saldó con nota su primer objetivo de la temporada, al adjudicarse la Lieja-Bastogne-Lieja; después tocó tomárselo con calma, algo a lo que esta vez también han contribuído los medios, olvidadas al parecer las polémicas del pasado año. Y en las últimas semanas, su nombre vuelve a acapar titulares: brillante vencedor de la Dauphiné, en la que se impuso al principal favorito para el Tour, Cadel Evans, y en la que además se adjudicó dos etapas -una de ellas contrarreloj-, ayer se apuntó otro tanto, a poco menos de una semana de que comience la prueba francesa, al imponerse en el Campeonato de España en ruta.

Al buen momento físico y moral del líder de Caisse d'Epargne, se añade el de su equipo, que el sábado se había adjudicado el campeonato contrarreloj de la mano de Luis León Sánchez, y que concluye, además, su paso por Talavera, con dos terceros puestos: el de Oscar Pereiro ayer y el de José Iván Gutiérrez la víspera.

Pese al asfixiante calor -se alcanzaron los cuarenta grados-, hubo mucho movimiento en los 204 kilómetros de recorrido, con tres vueltas a un circuito en los alrededores de Talavera de la Reina. Los momentos decisivos, de todos modos, llegaron en el segundo ascenso al Piélago, única dificultad orográfica, cuando Oscar Sevilla y David Arroyo saltaron del pelotón para atrapar a José Iván Gutiérrez, superviviente de la primera fuga del día. El albaceteño acabó por reventar a sus acompañantes y Caisse d'Epargne apuntó con su última bala. Saltó Valverde en la última vuelta y, en apenas dos kilómetros de ascensión, se comió los dos minutos de ventaja de su rival. Sevilla y Valverde llegaron así solos a meta, donde el murciano no dio opciones al sprint.

Entre los euskaldunes, a los que no les han ido especialmente bien las cosas durante el fin de semana, el mejor fue Unai Uribarri (Orbea), décimo.

Tras su victoria, Valverde se reconoció encantado y pleno de moral, pero también recordó que «el Tour es otra cosa, no tiene nada que ver con esto. Son 21 días a tope».

Jóvenes y veteranos

Los numerosos campeonatos disputados ayer, la mayoría en Europa, han dejado resultados para todos los gustos.

Por ejemplo, la victoria del veteranísimo Jan Kirsipuu (CFC) que, a sus 38 años, consiguió su quinto título de campeón de Estonia. Todo lo contrario sucedió en Bélgica, donde Jurgen Roelandts (Silence-Lotto), de 23 años, fue capaz de hacer frente a corredores como Tom Boonen. O en Holanda, donde el maillot fue para Lars Boom, del Rabobank Continental, poniendo la guinda a una gran temporada.

Hubo sorpresa en Italia, donde Filippo Simeoni (Flaminia) aprovechó la pelea entre los numerosos favoritos para hacerse con el título. En Suiza, Markus Zberg (Gerolsteiner) tomó el relevo de su hermano. Otros de los muchos títulos en juego fueron para Wegmann (Alemania), Vogondy (Francia) o Frank Schleck (Luxemburgo).

Mireia Epelde (Bizkaia-Durango) se impuso ayer en Loiu, al superar en el sprint a su compañera de fuga Inma Rafael (Debabarrena-Kirolgi). En categoría juvenil, el triunfo fue para Irene Sansebastián (Debabarrena-Kirolgi), en vísperas de su participación en los Europeos.