Crónica | Mercado transparente en Bilbo
Colas para llenar la bolsa de la compra con lo mejor del baserri por tres euros
Gran Vía de Bilbo, 11.50 horas, el mercado aún no ha abierto y un gentío hace cola alrededor de los mostradores con productos del baserri. «¿Para qué es esto?», preguntan, «es un mercado para que vean cuánto nos pagan a nosotros comparando con lo que les cobran», responde la baserritarra.
Nerea GOTI
El calor reinante a mediodía en la Gran Vía bilbaina no fue obstáculo para que decenas de personas formaran cola alrededor de los mostradores que improvisaron los baserritarras con productos llegados de distintos puntos de Bizkaia. Se trataba del mercado transparente, una iniciativa para mostrar que los baserritarras sólo perciben el 30% del precio final de los productos, el resto se lo llevan las industrias agroalimentarias y las grandes cadenas de distribución.
A falta de más explicaciones, los baserritarras indicaron a los curiosos que por tres euros podían adquirir una bolsa de tela reutilizable a llenar con diferentes productos por los que no debían pagar nada.
La iniciativa organizada por sindicato EHNE y las asociaciones de consumidores EKA, ELE y USE acaparó la atención de un buen número de medios de comunicación y se convirtió en todo un fenómeno de masas a la vista de la cola que se formó aún a pleno sol.
Los participantes comprobaron que llenaban la cesta de la compra con productos de primera calidad llegados de nuestros baserris y atendieron algunas explicaciones sobre cuánto se paga al productor para que lo comparen con lo que pagan en el supermercado y comprueben en qué parte de la cadena se encarecen.
En la cola, tras hacerse con una bolsa, a los compradores se les entregó un litro de leche del día envasada, 300 gramos de filetes de carne con Euskolabel llegada directamente de Durango, del matadero mancomunado de Erralde, ciruelas de Urduña, un trozo de queso Idiazabal, pimientos de Gernika, una lechuga y tomates de ensalada con label.
Con la bolsa ya llena, la mayoría no tuvo duda de que nunca había hecho mejor compra, por el precio y por la calidad de los alimentos. Cristina, una de las primera compradoras en el mercado transparente, tenía muy claro cuáles son las reivindicaciones de los baserritarras. «Ya sé para qué es, leo GARA de arriba a abajo y estoy informada sobre su situación», afirmó. Además, se describió como firme defensora de los productos del baserri, por lo que tras llenar la bolsa, se despidió agradecida por la iniciativa. «Me parece fenomenal» el mercado. «siempre os promocionaré, porque cuando cojo tomates o huevos, prefiero los de aquí», indicó dirigiéndose a los representantes de EHNE. «No suelo comprar esto en el supermercado, prefiero la frutería, pero no cabe duda de que hay que pagarlo», señaló. Resaltó, al tiempo, que la calidad de los productos que venden los baserritarras «es de categoría», mientras que la mayor parte de la oferta de los grandes establecimientos «no tiene ni olor con esto, por muy buena pinta que tengan».
«Me parece estupendo que hagan esto, porque es un abuso lo que hacen, no sólo con los baserritarras, sino también con los arrantzales, que les pagan nada y luego cuando vamos a hacer la compra lo encontramos carísimo», destacó Aintzane, otra compradora, en el mercado transparente. Aún no había recogido todos los alimentos y con lo que llevaba en la bolsa, leche, carne y ciruelas, se aventuró a calcular que en el super ya tendría que pagar «siete euros como mínimo».
Productores y representantes del sindicato agroganadero EHNE destacaron que les pagan o,38 euros un litro de leche y se cobra a 0,95 al consumidor. En el caso de la carne, el margen es más escandaloso, ya que precisaron que el ganadero recibe por un kilo 3,60 euros, mientras el consumidor abona 15,11 euros. Los precios en origen y destino también difieren en el caso del tomate con label, por el que se paga 1,10 euros en origen y se encarece hasta los 3,18 euros en la estantería del supermercado, o en el del pimiento de Gernika, que de 0,50 céntimos en el baserri llega al consumidor con una etiqueta por valor de 3,71.
José Antonio, otro de los participantes en el mercado, destacó lo positivo de la iniciativa y confió en que «la gente tome conciencia de lo que está pagando y no sean sumisos a este sistema». Tras dar un vistazo a su bolsa de la compra, resaltó que «me han dado la comida de un día, porque me llevo 300 gramos de carne, la ensalada, queso para merendar y leche para el desayuno; por esto en el supermercado, igual me hubiera gastado unos 35 euros», aventuró.
El presidente de EHNE de Bizkaia, Mikel Kormenzana, y los representantes de las asociaciones de consumidores EKA-OCUV, ELE y USE comparecieron junto a la cola formada por las personas que esperaban a llenar su bolsa. Tras subrayar los objetivos del mercado transparente, reiteraron la necesidad de que se constituya un observatorio de precios que cuantifique los márgenes comerciales y actúe contra prácticas comerciales abusivas o fraudulentas y demandaron un doble etiquetado que muestre el precio final que se pide al consumidor y el que perciben las personas productoras. Reclamaron, asimismo, medidas para «erradicar la especulación en los mercados alimen- tarios».
El secretario general de EHNE-Nafarroa, Fermín Irigarai, consideró que las ayudas directas aprobadas por el Gobierno de Nafarroa para paliar los efectos de la crisis ganadera son «claramente insuficientes» y «no adecuadas a la realidad del sector».
Explicó que, frente a los dos millones de euros destinados por el departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente a ayudas directas para «sistemas sostenibles», que primen la ganadería de pastoreo, debería destinarse a este concepto una partida de 4,3 millones para que la medida «sea efectiva». También criticó que esta medida tenga como referencia las hectáreas de superficie forrajera para calcular la ayuda, ya que a juicio de EHNE debería tenerse en cuenta «la unidad ganadera mayor (UGM) o cabeza de ganado», ya que de esta forma la ayuda sería «más efectiva» y «mucho más fácil» de repartir y controlar. Respecto la prima base (un mínimo de 25 euros por hectárea de superficie forrajera), EHNE propone un mínimo 60 euros por UGM, con un tope de 70 euros por cabeza y de 7.500 euros por explotación.
Subrayó el «olvido» de los sectores cunícola y del porcino y precisó que en el último año han cerrado doce explotaciones cunícolas y las de porcino acumulan «pérdidas astronómicas», cuando suponen la tercera parte del PIB del sector primario navarro, con una facturación de más de cien millones de euros y 400 empleos directos.