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TOUR 2008 La escuadra belga se ha reforzado con Popovic y Horner, corredores que el año pasado acabaron entre los quince primeros

Evans: «Espero seguir la progresión de los últimos años y ganar»

El líder del Silence Lotto asume su condición de favorito tras ser octavo, quinto y segundo en las tres últimas ediciones, deja claro que su objetivo claro para los próximos años es la carrera francesa pese a los buenos resultados que logra en otras y confía en su equipo.

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Joseba ITURRIA | PLUMELEC

Cadel Evans, segundo de 2007, tomó la salida en el Tour a sus 31 años como principal candidato al triunfo final. En entrevista exclusiva concedida a GARA destaca que «salgo con la intención de ganar, pero luego dirá la carrera si puedo hacerlo».

Aunque no goza de una buena prensa por su carácter reservado, el australiano se muestra como una persona sencilla, educada y comprometida, como lo demuestra en su página web un espacio de solidaridad y de apoyo al pueblo tibetano. Demuestra su ambición desde la primera carrera hasta la última, aunque el Tour eclipsa a las demás. El año pasado ganó la Semana Ciclista Coppi-Bartali, acabó segundo la Dauphiné y el Tour, cuarto la Vuelta y quinto el Mundial y dominó en el Pro Tour. Este año ganó las etapas reinas de Andalucía y París Niza, una etapa y la general de la Coppi-Bartali y ha sido segundo en País Vasco, Flecha y Dauphiné.

Sobre su forma de correr señala que «no hay ningún corredor que pueda ganarlo todo, las clásicas y el Tour, y hay especialistas para las carreras de un día y otros para las grandes vueltas, como Sastre, que es uno de los corredores más regulares en el Tour y la Vuelta. A mí me gusta disputar las carreras y el año pasado fui el más regular porque me gusta correr, pero lo que me gusta es correr para ganar. No me gusta correr para preparar. No puedes hacer todas las carreras para ganar, pero lo intento».

Marcado por su etapa en Mapei

Cuentan de él que en el invierno del 2001, en el que fue presentado a sus compañeros del Mapei, año en el que se centró en la carretera tras ser el mejor australiano de mountain bike en 1997, 1998, y 1999, vino a decir algo así como que «vengo a ganar muchas carreras».

Podía parecer un acto de prepotencia, pero ese mismo año ganó la Vuelta a Austria, la Brixia Tour y la A Travers de Lausanne y al siguiente comenzó con una etapa en Down Under y, en su primera grande, acabó decimocuarto el Giro de 2002 tras ponerse líder en la etapa 16 y acusar los esfuerzos y su inexperiencia en la siguiente.

Cadel recuerda aquella anécdota. «Yo quería ganar muchas carreras, siempre he sido muy ambicioso», pero sobre todo destaca lo que le marcó la experiencia en aquel equipo. «Era un corredor que venía de la mountain bike y tenía físico, fuerza y potencia, pero me faltaban cosas como la experiencia, la técnica, las distancias y la recuperación del ciclismo de ruta. Necesitaba tiempo para estar con los mejores, aunque con la BTT también aprendí cosas que me ayudaron para la carretera».

Recuerda que «Mapei se interesó en mí para trabajar para sus líderes y correr el Giro. A mí también me interesaba y por eso estoy muy contento de haber corrido en la mejor escuadra del mundo. Mi experiencia de Mapei me ha ayudado mucho y por eso he querido que compañeros que conocí allí estén ahora en mi equipo como Cioni, los doctores, el director Roberto Damiani, mecánicos, auxiliares... Son personas que siempre me han ayudado, que siempre han querido estar conmigo. Conocían aquella forma de trabajar que me gustaba y seguimos así».

Tras acabar octavo (2005), quinto (2006) y segundo (2007), es el gran favorito en ausencia de sus dos compañeros del podio del año pasado. Evans señala que «Astana no hace el Tour, pero hay otros corredores como Valverde y Menchov, que en la pasada Vuelta estaba muy fuerte, a un nivel superior al resto, aunque en el Tour no anda nunca como en la Vuelta. También Sastre, Cunego y algunos otros pueden hacerlo bien. Yo espero seguir la progresión que llevo en el Tour y ganarlo».

Añade que «para mí en los cuatro o cinco próximos años el objetivo número uno será el Tour. Luego habrá otras carreras, pero siempre secundarias. Mi objetivo es el Tour desde que he comenzado con este equipo cuando era Davitamon Lotto en el 2005. No tenían ciclistas para la general, en el equipo querían tener a alguien que tuviera presencia en ella y me llamaron».

Y con él ha cambiado el rol del equipo, que en un principio estaba preparado para disputar etapas con McEwen mientras él buscaba la general sin ayuda y ahora sucede lo contrario. «Ahora estamos hablando de ganar el Tour, no de ganar etapas. Y por eso hemos fichado a corredores como Popovic y Horner, para ser más fuertes. Veremos cómo trabajamos juntos».

Del recorrido destaca que «hay menos kilómetros cronometrados y las que van a decidir la prueba son las etapas de montaña, aunque en el llano hay que hacerlo todo bien. Para ganar una carrera de tres semanas debes ser regular. Yo no soy un escalador puro como Contador y me beneficiaban más cronometradas con respecto a los escaladores. Es ahí donde debo intentar sacarles tiempo».

Después del Tour piensa disputar los Juegos, pero no la Vuelta: «Puede ser un buen recorrido para mí, pero ya veremos. Primero vamos a ver cómo va el Tour y después pensaré en los Juegos. Este año con Tour y Juegos no se puede llegar en forma a setiembre. He ganado en Ruta del Sol, París Niza, he estado adelante en abril, quiero llegar a mi mejor nivel ahora y en setiembre no se puede estar».

En el plano personal admite que le agobia la muchedumbre que le rodea en las carreteras. Evans se considera una «persona tranquila y no me gusta toda la gente que rodea las carreras, ni las entrevistas. Por eso me gusta llegar siempre a la salida en los últimos minutos para estar el mayor tiempo tranquilo. Tampoco en los puertos me agrada todo el gentío, me pongo nervioso y no me gusta».

Su director de confianza

Roberto Damiani es uno de los hombres que Evans ha querido recuperar de su etapa de Mapei. Su director de confianza señala que «trabajamos la primera vez allí y muchos de los que coincidimos en Mapei estamos aquí o en el pelotón, señal de que se hacía un buen trabajo. Después estuve en otros equipos como Fassa y Liquigas, pero siempre he tenido contacto con Cadel. Me preguntó si quería trabajar otra vez con él en Predictor-Lotto y para mí es muy importante hacerlo con total respeto y la confianza del equipo y suya».

Pero no le gusta que se le califique como el director de Evans. «No tenemos un director para un corredor. Los directores elaboramos con el manager Marc Sergeant un programa para todo el año y Cadel hace algunas carreras donde no estoy. Hice con él un programa hasta Lieja, pero después yo me fui al Giro y Cadel trabajaba para volver en la Dauphiné y ahora volvemos a estar juntos en el Tour. Tengo la suerte de vivir a treinta kilómetros de Cadel y muchas veces hacemos trabajo de entrenamiento con él, con Zanini y con otros corredores que están al norte de Italia. Son importantes las carreras, pero también los entrenamientos que planificamos con Aldo Sasi, su entrenador».

Elogia a Evans. «Es un corredor muy correcto, muy claro. Cuando trabaja y también fuera de la carrera es muy sencillo y tranquilo,» y trasmite confianza de cara a la gran cita. «Hemos intentado llegar con el mejor equipo y el mejor Cadel. El Tour es nuestro objetivo más grande e intentaremos ganarlo. Pero esto no es matemático. Hacer octavo, quinto y segundo no te asegura ser ahora primero».

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