A dos figuras del alpinismo actual, Robert Jasper y Stefan Glowacz, no se les ocurrió otra cosa que explorar en las frías y heladas tierras de la isla de Baffin. Como por aquellas latitudes las infraestructuras son inexistentes, tuvieron que echar mano de pulkas y kites para realizar la aproximación. Una aproximación de 350 kilómetros. Por delante tenían seis semanas de expedición, entre abril y junio.

Se ponen manos a la obra, abren sus cometas, y desde Pond Inlet «navegan» hasta el Noreste de la costa de Baffin. Después de cinco jornadas soportando mucho frío y dificultades a la hora de tomar el rumbo adecuado, el equipo alemán llega a la base de un murallón llamado China Walls, a priori, la pared elegida para su escalada. Inspirados por una foto llegaron al paredón, pero, no demasiado a gusto con lo visto, se decantaron por explorar, y así eligen otra pared a la que le llaman el Bastion: «A primera vista es más guapa que China Walls, tiene unos 1.000 metros de altura y en la mitad del murallón, un espectacular sistema de fisuras. Sin más, allí vislumbramos lo que sería a posteriori una línea perfecta».

Ya tenían ganas de darle a una pared que tiene medidas similares a El Capitán, pero, en vez de California, se encontraban en plena soledad salvaje de hielo y nieve. Con un frío casi polar y envueltos en constantes tormentas, Jasper y Glowacz deciden intentar escalar la nueva línea en libre y artificial. Además, a todos esos inconvenientes se le sumó la calidad de la roca: «La roca estaba muy descompuesta. Fue una escalada muy expuesta; un accidente hubiera tenido consecuencias dramáticas. Eso sí, el paisaje era realmente espectacular: a lo lejos veíamos icebergs flotando».

En total, fueron 14 días de duro trabajo. Bajaban y subían por las cuerdas fijas todas las jornadas excepto las últimas cuatro, que las pasaron en las hamacas instaladas. Ya en plena tarea, los dos escaladores trabajaron más limpiando las fisuras llenas de hielo o intentando meter algún pitón sólido que escalar en libre. Apenas tuvieron oportunidad de pasar de los estribos. Eso sí, lo poco que escalaron en libre fue realmente duro (hasta 8a) y en el artificial tampoco se quedaron cortos (A4). Han llamado a la nueva ruta de la hasta ahora virgen pared Take the long way home. 1.000 metros de línea, 21 largos y dificultades técnicas de 8a y A4.