La Iglesia Anglicana autoriza la ordenación de mujeres obispo
Tras un controvertido debate, el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra aprobó ayer la ordenación de mujeres obispo. Los clérigos de corte liberal hicieron valer su mayoría para rechazar las propuestas del sector conservador, se opone que «la autoridad de una mujer». Para evitar divisiones, los tradicionalistas podrán acogerse a un «código de conducta» que les evita tener contacto con mujeres obispo.
GARA |
El sector conservador de la Iglesia Anglicana no pudo evitar ayer que su institución autorizara la ordenación de mujeres obispo. La Iglesia de Inglaterra ya se comprometió en el año 2006 a tomar esta medida, pero debido a tensiones internas no fue aprobada hasta el Sínodo General, reunido desde el viernes en la ciudad de York, al norte de Inglaterra.
El debate, que duró más de seis horas, no estuvo falto de polémica, ya que los clérigos tradicionalistas de la Iglesia Anglicana intentaron que la autorización de ordenar a mujeres obispo no se llevara a cabo.
De hecho, más de 1.300 clérigos habían amenazado en una carta dirigida a los arzobispos de Canterbury y de York, máximos representantes de esta Comunión, con dejar la Iglesia si no se les reconocía el derecho a no reconocer «la autoridad de una mujer».
Esos signatarios, mayoritariamente clérigos jubilados, no pudieron hacer valer su influencia en el Sínodo General y, al final, la ordenación de mujeres en el obispado fue aprobada con una mayoría cómoda.
Christina Rees, integrante del Sínodo y presidenta del grupo Mujeres en la Iglesia (WATCH, por sus siglas en inglés), expresó su preocupación porque a su juicio «hay mujeres muy capaces y muy experimentadas con un gran talento para la Iglesia que pueden utilizarse en nuestro ministerio de líderes, y estamos dejando pasar ese talento y esa experiencia».
Rowan Williams, arzobispo de Canterbury, y considerado la máxima autoridad de la Iglesia inglesa, intentó acercar posturas con el sector más ortodoxo con el objetivo de evitar una posible escisión dentro de la Iglesia. De este modo, aunque prácticamente la totalidad de las propuestas de los tradicionalistas fueron rechazadas, el Sínodo General aceptó un código de conducta -cuyo contenido aún no está especificado- que tan sólo se aplicará en las parroquias más conservadoras. Así, los clérigos anglicanos que lo deseen tendrán el derecho a no tener contacto con las mujeres obispo, gracias a los derechos que les otorga el código aprobado ayer en York.
No a los «super-obispos»
Sin embargo, el resto de mociones presentadas por el grupo tradicionalista, representado por John Broadhurst, obispo de Fulham, fueron rechazadas. Destaca la moción que proponía la instauración de «super-obispos», que obtuvo un amplio rechazo del Sínodo General. Los clérigos más ortodoxos proponían que esos «super-obispos» masculinos atendiesen las necesidades de las diócesis opuestas a la designación de obispos mujeres y que las sustituyesen en determinados actos.
Además, la mayoría liberal del Sínodo evitó la creación de nuevas diócesis para las parroquias que se niegan a aceptar a las obispos. La Iglesia Anglicana sufre fracturas internas desde que en el año 1989 Barbara Harris fuera ordenada la primera mujer obispo anglicana en la Iglesia norteamericana. La decisión en 2003 de esta misma Iglesia de designar como obispo de New Hampshire a un clérigo abiertamente homosexual, acentuó la polémica. El Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra no debatió ayer el tema de la homosexualidad, que también provoca divisiones internas.
La Iglesia Anglicana está compuesta principalmente por la Iglesia de Inglaterra y las instituciones eclesiásticas de antiguas colonias inglesas. De este modo, el anglicanismo cuenta con fieles en Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y varios países de África y del sureste de Asia.
Sus miembros son cristianos y consideran que forman parte de una Iglesia Católica, aunque no romana, y Evangélica, aunque no protestante.
Algunas diócesis mantienen una gran cercanía hacia el catolicismo, mientras otras se acercan más hacia los protestantes. Muchos anglicanos se consideran simplemente seguidores de una forma de catolicismo no papal.
La Iglesia Anglicana se considera libre de toda autoridad «extranjera», en referencia al Papa. En cambio, tienen como «gobernadora suprema de la Iglesia» a la reina Isabel II. A ella le pertenece «el gobierno de todos los Estados, sea civil o eclesiástico, en todas las causas».
Hay varias doctrinas que esclarecen las diferencias entre el anglicanismo y el catolicismo. La Iglesia Anglicana, por ejemplo, cree que Jesús está espiritualmente presente en el pan y en el vino, mientras que los católicos profesan que Jesús está presente en cuerpo y alma.
Su forma de organización, basada en una jerarquía compuesta por arzobispos, obispos y diócesis, no está reconocida por la Iglesia Católica y es uno de los puntos más importantes de discusión entre ambas instituciones. La Iglesia Anglicana se considera más «democrática», ya que según su doctrina, «todos los obispos son iguales y el clero participa en todas las decisiones». A ello, debemos sumarle la «amplitud de criterio y el carácter más progresista» de la fe anglicana, que contrasta con el discurso conservador de Roma.
El Vaticano considera que la decisión adoptada ayer por el Sínodo General de la Iglesia Anglicana es «un desgarro en la tradición apostólica mantenida por todas las Iglesias del primer milenio».
La noticia fue recogida «con amargura» en Roma, ya que para el Vaticano la decisión constituye «un obstáculo para la reconciliación entre la Iglesia Católica y la Iglesia de Inglaterra», en alusión a las diferencias que existen entre ambas instituciones.
Asimismo, representantes del Vaticano advirtieron de que la decisión adoptada «tendrá consecuencias en el diálogo, que hasta ahora había dado buenos frutos».
