Voltereta sobre el toro, cornada en el glúteo y susto al pastor
En los encierros de Iruñea es posible ver las estampas más inverosímiles. Una de ellas ocurrió ayer. En la curva de Mercaderes con Estafeta un corredor intentó evitar a un mozo caído y dio una voltereta completa sobre el toro que llegaba en esos momentos. Instantes después ese mismo morlaco empitonó a un joven caído, y en el tramo final un toro rezagado tuvo entre sus astas a un pastor.
Iñaki VIGOR |
La voltereta fue espectacular. Aunque lo vuelva a intentar mil veces, seguro que no le sale como ayer. Pero más seguro todavía es que no lo volverá a intentar, porque se llevó un susto de muerte. De forma un tanto imprudente, un mozo quiso colocarse delante de los astados incorporándose desde el lado izquierdo de la curva de Mercaderes. Es decir, justo desde donde la fuerza centrípeta tiende a llevar a la manada. El mozo se encontró con otro caído delante suya, intentó esquivarlo mediante un salto y en esos momentos llegaba el toro que abría la manada. Como si fuese de un número preparado, el corredor saltó por encima del morlaco y cayó al otro lado. Los espectadores no salían de su asombro.
Sin duda, fue la estampa más llamativa del encierro de ayer. Pero no la única. Instantes después ese mismo toro que abría la manada introdujo doce centímetros de su cuerno en el glúteo derecho de W.M.D., un californiano de 22 años que tuvo la mala pata de caer delante del morlaco cuando éste ni siquiera mostraba intención de empitonar. Simplemente quería quitarse estorbos en su marcha.
Este joven fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital de Nafarroa y ayer por la tarde se encontraba en estado grave. Aunque su vida no corría peligro, porque el pitón no le alcanzó la cavidad abdominal, sí sufrió una fractura de la cresta ilíaca derecha y tardará una temporada en coger postura.
Un toro rezagado
A pesar de la voltereta y la cornada, la manada se mantuvo compacta, tal como había salido de los corrales de Santo Domingo. En la cuesta los cabestros abrieron la marcha, pero al llegar a la Plaza del Ayuntamiento los toros ya se habían colocado en cabeza. Fue precisamente en este tramo donde O.P.P., un joven griego de 20 años, sufrió un traumatismo nasal y hubo de ser trasladado al servicio de urgencias del Hospital Virgen del Camino, aunque fue dado de alta tras la correspondiente cura.
A lo largo de la Estafeta las carreras fueron veloces y sin excesivo peligro debido al agrupamiento de la manada, a pesar de que se produjo un montón de corredores caídos que ocupó la mitad de la calzada. Las taquicardias llegaron al final de la calle, cuando un toro se fijó en un corredor, se despistó un instante, y para cuando quiso darse cuenta ya había perdido el rastro de sus hermanos. Se quedó solo, rodeado de decenas de corredores que intentaban tirar de él hacia la plaza. Un arrancón por aquí, otro por allá, media vuelta y otra más, sin saber muy bien hacia dónde tirar.
En una de esas arrancadas, el toro rezagado arremetió contra un grupo de personas que estaban junto al vallado, en el tramo de Telefónica. Entre ellas estaba uno de los pastores del encierro, que de repente se encontró con el aliento del toro frente a frente y un pitón a cada lado de su cabeza. Los demás pastores acudieron de inmediato en su ayuda, y a base de varazos consiguieron sacarle del apuro. El pastor acosado por el morlaco no sufrió ninguna herida, pero seguro que se quedó con la cara del ejemplar de Fuente Ymbro.
A pesar de que dos cabestros de «escoba» pasaron junto a él, el toro solitario seguía con su monumental despiste. Un mozo intentó reconducirlo hacia el redondel tirándole del rabo, otro acariciándole el pitón en fugaz carrera, y otros citándole una y otra vez, ¡jeee!, ¡jeee!, hasta que por fin lo introdujeron en la arena y los dobladores lo condujeron hasta los corrales. El retraso de este último toro hizo que el encierro durase tres minutos y cuarenta segundos largos, muy largos, sobre todo para algunos.
Hospitalizados de otros días
En lo que se refiere a los heridos del primer encierro, continúa hospitalizado el corredor de Lekunberri José María Elizalde Azpirotz, con rotura del bazo. En lo que respecta al segundo encierro, permanece en el Hospital de Nafarroa el vecino de Amorebieta Andoni García, con traumatismo en el codo derecho y fractura en la vértebra lumbar. En Virgen del Camino continúan el bilbaino Eneko Ibarrondo, que fue corneado en el muslo, y el vecino de Iruñea José Miguel Isturitz, con policontusiones y herida en un tobillo.
Un mozo que se incorporaba a la carrera en la curva de la calle Mercaderes con Estafeta intentó evitar a un corredor caído y dio un espectacular salto sobre un toro que, instantes después, empitonó a otro corredor.
Un toro rezagado al final de la calle Estafeta arremetió en la zona de Telefónica contra un grupo de personas y atrapó entre sus pitones a uno de los pastores del encierro, que salió del trance con la ayuda de sus compañeros.