Teherán hace una demostración de fuerza en plena crisis nuclear
Los Guardianes de la Revolución, cuerpo de élite del Ejército iraní, lanzaron ayer nueve misiles, uno de ellos con capacidad para alcanzar suelo israelí, en el marco de unas pruebas militares en el Golfo Pérsico. Es su respuesta a las maniobras en el mismo marco que lleva a cabo la V Flota estadounidense y a las referencias de Washington y Tel Aviv a una posible agresión a Irán en plenas negociaciones sobre la crisis surgida en Occidente por su programa nuclear.
GARA |
Los Guardianes de la Revolución, Ejército de élite de Irán, lanzó ayer un misil capaz de alcanzar territorio del Estado israelí. La cadena de televisión iraní en árabe al-Alam anunció el lanzamiento de nueve misiles en el marco de las maniobras en aguas del Golfo Pérsico, especialmente el de un Shahab 3, «con una carga convencional, un peso de una tonelada y un alcance de 2.000 kilómetros», el doble de los 1.000 kilómetros que separan la frontera oeste de Irán del Estado de Israel.
La agencia Fars aseguró que el misil Shahab (Meteoro) portaba «una cabeza de fragmentación, lo que le permitiría efectuar una serie de ataques a bases militares, concentraciones de soldados y barcos enemigos».
Todo un surtido de misiles
El Shahab 3 fue probado por primera vez en noviembre de 2006 pero su lanzamiento coincide con la creciente tensión en torno al programa nuclear iraní. En los últimos años, Teherán ha probado una decena de este tipo de misiles. En noviembre de 2007, el Ministerio de Defensa anunció un nuevo misil, bautizado Ashura (en homenaje al gran duelo chiíta), con un alcance similar. En setiembre de aquel año presentó el Ghadr-1 (Potencia), con un alcance de 1.800. Ambos son derivaciones del misil matriz Shahab 3.
Irán ha logrado hacer funcionar estos misiles con combustible líquido, lo que permite desplazarlos por camión para lanzarlos desde cualquier lugar.
El progreso de la industria balística iraní incluye otros modelos como el Shahab 2 y 1, con un alcance de 500 kilómetros y que son derivaciones del Scud. Ya con menor alcance, destacan los misiles Zelzal, Fateh, Nazeat, Fajr -toda una remesa de estos últimos estaría en manos de Hizbulah, según fuentes occidentales- y Oghab. «Nuestros misiles están listos para lanzarlos no importa dónde ni cuándo con velocidad y precisión», anunció el comandante Hossein Salami en el marco de las maniobras Gran Profeta III.
Estos ejercicios son una respuesta a las maniobras en marcha de la V Flota estadounidense en el Golfo Pérsico.
Las potencias occidentales, campeonas junto a Rusia y China no sólo en arsenal nuclear sino en capacidad balística, mostraron su inquietud ante lo que consideran un claro desafió de Teherán en plena crisis.
La palma se la volvió a llevar EEUU. Su presidente, George W. Bush, no tuvo empacho en asegurar que «la producción de misiles balísticos por Irán constituye una violación de las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y es totalmente incompatible con las obligaciones de Irán» con la comunidad internacional.
La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, trató de llevar el agua al molino del proyecto de escudo antimisiles asegurando que «es una prueba de que la amenaza de un misil iraní no es fruto de la imaginación».
Los dos aspirantes a la Casa Blanca coincidieron en apuntar la gravedad del gesto iraní. No obstante, mientras el republicano John McCain se alineaba con la tesis de Rice y destacaba el peligro que a su juicio representa Irán para Israel, el demócrata Barack Obama volvía a apostar por un diálogo directo con Teherán en el marco de una «diplomacia agresiva, que incluya sanciones económicas». Por contra, su rival a la Presidencia apuesta por la diplomacia multilateral y por reforzar la llamada defensa nacional antimisiles, eufemismo del plan de escudo nuclear.
Israel aseguró que no busca «el conflicto ni las hostilidades con Irán», pero reiteró que «nadie debería seguir indiferente a los programas nuclear y balístico iraníes». Los Estados francés, alemán y británico mostraron su alarma tras la prueba militar.