El Gobierno de Nafarroa ha aprobado un Decreto Foral por el que se declara Bien de Interés Cultural el conjunto denominado Fábrica de Armas de Orbaitzeta, con los elementos propios de su actividad -que forman parte de su historia-, y establece los límites de su entorno de protección.

La Fábrica de Armas de Orbaitzeta surgió al calor de la fábrica o ferrería que se levantó en el siglo XVIII, tras la cesión a la Corona española del monte Aezkoa, y que funcionó hasta finales del siglo XIX. Lo que hoy en día se puede apreciar es una muestra de la arqueología industrial del siglo XVIII. Con más de cincuenta obreros, operarios y técnicos cualificados, en la época el gasto de explotación y mantenimiento de la fábrica fue enorme. Se fabricaron 3.600 bombas anuales.

Larga historia

Según la «Gran Enciclopedia Navarra», en 1496 los pueblos de Erro, Eugi, Iragi y Zilbeti vendieron a José Aldaz una parte de los montes de Eugi y Legua Acotada, al parecer para abastecer de combustible las ferrerías. Algunos años después, ya en el siglo XVI, el emperador Carlos V adquirió los derechos de esos paisajes.

Estos establecimientos metalúrgicos funcionaban en el siglo XVIII como fábrica de armas. En 1721 eran dos y pertenecían al marqués de Monterreal, aunque en 1767 las cedió a la Corona. Hacia 1775 los asesores del rey aconsejaron levantar una fábrica de nueva planta en los hayedos y pinares de Aezkoa, sobre Orbaitzeta, en el lugar donde existía ya una ferrería que había pertenecido a los vizcondes de Echauz.

En 1790 soldados franceses la saquearon y la quemaron. Pero en 1828 volvió a entrar en funcionamiento y en 1833 pasó a manos carlistas. Cerró definitivamente sus puertas en 1884.

En la década de los 80 el Gobierno navarro acometió la limpieza y consolidación de la fábrica con la creación de campos de trabajo estivales.