Full metal moon
Ines INTXAUSTI, Crítica de televisión
Este victorioso año 2008 se han cumplido ni más ni menos que ocho lustros -los que convierten la cifra en cuarentenario- del épico, posibilista, utópico e imaginativo año que contuvo a mayo del 68. Faltan pocos días, pues, -bueno, sí, meses- para que el próximo cerebremos como sea las mismas gestas del sugerentísimo 69. Fue precisamente en esa fecha que la historia se paró como atemporizada para dar un paso adelante para el hombre y una zancada interplanetaria para la humanidad. Por fin sabemos que las sospechas fundadas de que Amstrong y Collin, no sólo no pisaron entonces la luna, sino que las imágenes que nos vendieron como disparadas en el satélite fueron dirigidas por... Stanley Kubrick(?!). El único superviviente que participó -muy a su pesar- en el casting de la misma película. Richard Nixon, capaz de invadir Corea tras una sola y única copa de cognac, se encargó personalmente de que ninguna persona, para ello las eligió sin mujer, hijos ni perrito ladrador, que tomó parte en la farsa y montaje universal sobreviviera. Si se encargó, sin embargo, de que murieran de la forma más salvaje que la cruel imaginación pueda elaborar. De hecho deben existir imágenes, éstas de verdad snuff, de alguno de los asesinatos de tan falso y macabro casting para que Richard (Nixon again) se las tragara. La historia es fascinante y más larga. Y lo mejor. Todo ha relucido a la luz y se ha desenmascarado una vez muerto Stanley y casi 40 años después de esta mentirosa odisea en el espacio americano. El único beneficiado: áquel vecino que tuvo Amstrong en su infancia, el sr Smither. Por lo visto vivía en un adosado a Amstrong y en un capricho de siesta le pidió a su mujer que le propinara una fellatio. «No te lo crees ni tú, bandarra: te la chuparé cuando el niño de los Amstrong suba a la luna». Y está claro que eso fue así, porque los actores de Kubrick tras la escafandra decían: «Felicidades Mr. Smither». Y nada de un pasito palante María...(Virgen, virgen, virgen). Gracias a la noche temática puedo dormir un poco más tranquila. Y mirando fijamente a la una.