Amaia U. LASAGABASTER

Liga nueva, vida nueva. Portland San Antonio y Juventud Deportiva Arrate calientan motores para la temporada que arrancará el próximo mes de setiembre. Ambos la afrontan con nuevos proyectos e idéntica ilusión, aunque con diferentes objetivos. Los navarros quieren olvidar los sinsabores del último año; el equipo eibarrés, por su parte, confía en mantener la progresión mostrada desde su llegada a la Liga Asobal.

La escuadra iruindarra parece encontrarse ante una especie de «año cero». Cinco bajas, incluída la del entrenador -y a la espera de lo que suceda con Ivano Balic- y media docena de altas, encabezadas por el técnico Chechu Villaldea han protagonizado la previa de una temporada con dos frentes principales: la Liga, a la que llega tras firmar su peor clasificación desde 2003, y la Liga de Campeones, en la que espera dar buena cuenta de la invitación recibida. Lo intentará bajo la dirección de Chechu Villaldea, protagonista en la cancha del salto que protagonizó Portland a finales de los noventa. El técnico asturiano es novato en la categoría y reconoce que «no tiene nada que ver con los equipos de División de Honor B en los que he estado. El reto es completamente diferente». Pero no guarda la ropa. «El objetivo es estar entre los mejores de la Liga y los mejores de Europa».

Tendrá a sus órdenes un equipo bien diferente al que dirigió Javier Cabanas la pasada temporada -y cabe esperar que con mayor fortuna en el aspecto físico-. Además del técnico burgalés, también causan baja Valter Matosevic, Ricardo Andorinho, David Rodríguez Carvajal y Javier Ortigosa, único navarro que defendía la camiseta antoniana y que hace las maletas rumbo a León. Se mantiene la incógnita, además, sobre el futuro de Ivano Balic. El «genio de los Balcanes», designado en dos ocasiones mejor jugador del mundo, lleva meses dejándose querer por el Zagreb, pero el club croata no parece dispuesto a pagar su elevada cláusula de rescisión, de 800.000 euros. En Iruñea esperan que el asunto quede resuelto en breve.

En lo que respecta a las altas -a las que habría que añadir las importantes renovaciones de Ruesga, Malmagro y Juantxo Pérez-, el club se ha movido rápido. Sobre todo en el caso del guardameta Danijel Saric, comprometido ya desde el pasado año para las cuatro próximas temporadas. Además de un central, Claus Moller Jacobsen; un extremo diestro, Ivan Nokcevic; y dos extremos izquierdos, Santi Urdiales y Josep Masachs. Fichajes, en palabras del presidente Miguel Galarraga, «en la línea que queremos: gente luchadora y comprometida y que puede atacar y defender».

Un año histórico

Algo menos de movimiento ha habido en la Juventud Deportiva Arrate, aunque también cabe hablar de un nuevo proyecto en el club eibarrés, que vive un año histórico.

Los albiazules han mantenido una progresión ascendente desde que ascendieran a la Liga Asobal, hasta alcanzar la séptima plaza en la que acabaron la pasada temporada, que se saldó con un premio muy deseado: la disputa de la Copa EHF, aunque sea de rebote por la invitación a San Antonio para la Liga de Campeones.

El objetivo del cuadro guipuzcoano se centrará, de todos modos, en intentar repetir la buena actuación liguera, con clasificación para la Copa incluída, intentando que la ilusión de la competición europea no se convierta en un lastre excesivo.

Lo intentará, como Portland, con nuevo inquilino en el banquillo, tras el adiós de Viktor Debre, que el pasado mes de mayo ponía fin a una relación que duraba ya dos décadas para regresar a Hungría. Su testigo lo toma Julián Ruiz, un hombre con experiencia, que regresa a la competición tras un año de descanso, y que se encuentra un equipo que mantiene su base intacta. Sólo Gonzalo Carou y Vladimir Matovic causan baja. Sus puestos lo ocuparán dos jugadores jóvenes aunque experimentados, Marc García e Iker Serrano; y una joven promesa, el serbio Bojan Beljanski.

A partir de setiembre, navarros y guipuzcoanos demostrarán si han acertado.