Un artefacto de fabricación casera causó daños en la madrugada de ayer a una sucursal bancaria situada en la Avenida Neguri de Getxo. Según informaron desde Interior de Lakua, el artefacto estaba compuesto por una garrafa de líquido inflamable, a la que se le habría adosado un petardo.

La explosión, «potente» según manifestaron vecinos de la zona, se produjo a las cinco de la mañana, y afectó de lleno al cajero automático de la entidad bancaria, una sucursal de Barclays Bank. Además de causar importantes destrozos en el cajero, el estallido y posterior incendio hizo que la entrada del local resultara ennegrecida y sus lunas reventadas. Asimismo, se rompieron algunos cristales de las ventanas de la vivienda superior.

Nada más conocerse los hechos se sucedieron las habituales reacciones de condena por parte de portavoces políticos e institucionales.

Desde el Ejecutivo de Lakua, su portavoz, Miren Azkarate, expresó su «más firme condena» del sabotaje, y se dirigió a sus autores señalando que «podrán seguir incordiando, pero nunca conseguirán sus fines». Para la consejera de Cultura del ejecutivo autonómico la acción de Neguri es «una muestra de quienes no quieren dejar a esta sociedad en paz».

También condenó el sabotaje el alcalde de Getxo, Imanol Landa, que consideró que el ataque de la sucursal bancaria es «una muestra de barbarie y de fascismo». Landa, que acudió al lugar de los hechos, denunció «la obsesión enfermiza que los violentos tienen con Getxo», y apuntó asimismo que «esos actos fascistas no tienen otro objetivo que el de sembrar el terror y la destrucción».