Radovan Karadzic trata de retrasar su entrega al Tribunal de La Haya
El antiguo líder de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, trata de retrasar lo más posible su entrega al Tribunal de La Haya. Junto a ello, su abogado anunció que Karadzic se defenderá a sí mismo en La Haya, tal como hicieron Slobodan Milosevic y Vojislav Seselj.
GARA |
Radovan Karadzic, el antiguo líder político de los serbios de Bosnia acusado de genocidio, está tratando de retrasar su entrega al Tribunal de La Haya, ante el que pretende defenderse a sí mismo, tal y como hizo el ex presidente serbio Slobodan Milosevic o Vojislav Seselj.
«Karadzic tendrá un equipo de juristas en Serbia que le ayudará en su defensa, pero se defenderá a sí mismo ante el Tribunal Penal Internacional (TPI)», indicó su abogado, Svetozar Vujacic, que mañana interpondrá un recurso contra la entrega a La Haya de su cliente.
Según establece la ley serbia, tras el recurso del abogado de Karadzic contra su entrega, un grupo de jueces tendrá tres días para pronunciarse.
Al anunciar que se defenderá a sí mismo ante el Tribunal de La Haya, que le acusó hace trece años de genocidio, Karadzic sigue el ejemplo del difunto presidente serbio Slobodan Milosevic y del dirigente del Partido Radical Serbio (SRS) Vojislav Seselj, que actualmente está siendo procesado por el TPI.
En 1995, el TPI acusó a Karadzic por su participación en la masacre de Srebrenica, al este de Bosnia, donde murieron 8.000 musulmanes.
Karadzic, que no ha tenido ninguna clase de contacto con su esposa Ljiljana Zelen-Kara-dzic, su hija Sonja y su hijo Sasa durante los trece años que ha permanecido en la clandestinidad, reclamó mantener un encuentro con ellos antes de ser entregado a La Haya.
Sonja Karadzic Jovicevic pidió a Miroslav Lajcak, el alto representante internacional en Bosnia-Herzegovina, permiso para poder viajar a Belgrado para visitar a su padre. A los Karadzic les retiraron el pasaporte bosnio en enero.
«Pido a Lajcak que nos permita viajar a Belgrado, puesto que esta es la última oportunidad que tenemos para ver a mi padre», declaró Sonja Karadzic a France Presse.
La oficina de Lajcak indicó el martes que próximamente analizará si las sanciones contra la familia de Karadzic se mantienen o se anulan.
La entrega de Karadzic podría producirse «durante el fin de semana o al comienzo de la próxima semana», estimó Bruno Vekaric, portavoz de la Fiscalía para Crímenes de Guerra de Serbia a la televisión B92.
La detención de Karadzic, uno de los fugitivos más buscados del mundo, le ha valido a Serbia las felicitaciones de la UE, EEUU y de varios estados más. Esta era una de las condiciones impuestas a Serbia para integrarse en la UE, por lo que las autoridades de Belgrado esperan una respuesta de Bruselas.
Rasim Ljajic, el ministro serbio encargado de las relaciones con el TPI, recordó que Belgrado, desde la caída de Milosevic en 2000, ha entregado a La Haya a 44 inculpados, por lo que calificó de «injustificadas y sin fundamento» las acusaciones de que Serbia no colabora con la Justicia internacional.
Cuando llegue a la cárcel de Scheveningen, en La Haya, Karadzic se encontrará en su interior tanto a compañeros de armas como a enemigos declarados.
Varios de los presos de Scheveningen están implicados en crímenes de guerra impulsados por Karadzic. Así, siete de ellos son antiguos oficiales y responsables políticos de la Republika Srpska dirigida por Karadzic. Cuatro de ellos -Vujadin Popovic, Ljubisa Beara, Drago Nikolic y Vinko Pandurevic- están acusados de participar en la masacre de Srebrenica.
Zdravko Tolimir, antiguo general de los serbios de Bosnia, y Vojislav Seselj, líder del SRS, o el general Stanislav Galic, condenado a cadena perpetua por el asedio de Sarajevo son otros de los aliados de Karadzic.
Entre sus enemigos, se encuentran el general croata Ante Gotovina, que luchó contra los serbios que buscaban la secesión de la Krajina croata. Gotovina está acusado de crímenes de guerra en la reconquista para Zagreb de esta región.
Entre los musulmanes bosnios contra los que combatió Karadzic se encuentra el general Rasim Delic, acusado de ajusticiar soldados serbios, y el comandante Naser Oric, que defendió durante largo tiempo el enclave de Srebrenica.
La localidad bosnia de Kozarac acogió ayer el funeral de 70 musulmanes que murieron en campos de detención dirigidos por serbios. Los cadáveres fueron descubiertos tras la guerra en Prijedor e identificados mediante pruebas de ADN.
