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El ritmo y el color unen el compromiso social y político de Lila Downs y Amparanoia

Amparanoia va despidiéndose poco a poco de su actual formato musical. Lila Downs, por contra, reafirma su actual estatus musical. En cualquier caso, dos mujeres de carácter y sólido compromiso social.

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Ixai BARRENETXEA | BILBO

Viviendo un ambiente tan variado como el que existe en Heroica Ciudad de Tlaxiaco, su aldea natal, ubicada al sur del país, en el extremo suroeste del istmo de Tehuantepec, Lila aprovechó la carrera de su madre, Anita Sánchez, cantante de cabaret, para cantar mariachis desde los 8 años. Su padre, Allen Downs, de origen escocés y nacido en Minnesota, era profesor de cinematografía. De tanta variedad geográfica, resultó que Lila vivió sus primeros años entre el estado de Oaxaca, en México, California, en su adolescencia, y en Minnesota, de adulta. Por esta razón, Downs pudo estudiar canto en Los Ängeles, Bellas Artes en la ciudad de Oaxaca y graduarse en Canto y Antropología en la Universidad de Minnesota.

Por sus orígenes, su inclinación artística y sus estudios, Lila se especializó en música de los pueblos indígenas mexicanos, como los mixteco, zapoteco, maya y náhuatl, además de otras armonías regionales. «Tardé mucho tiempo en saber lo que quería cantar. Algo me tenía que motivar. Y esa motivación me llegó a través de las canciones y las historias de la gente de Oaxaca». Su madre, de origen mixteca, la convenció para que cantara canciones con sentimiento.

Primera impresión

Lila recuerda que estando en Oaxaca le pidieron que tradujeese del inglés al mixteco los certificados de jóvenes que habían muerto mientras intentaban pasar a Estados Unidos en busca de trabajo. Se trataba de que los familiares supieran cómo habían muerto sus seres queridos. «Era muy fuerte ser la traductora de sus muertes. Tenía que cantarlo para poder honrarles».

En 1997 componer se convierte para Lila en un proceso artístico y cultural necesario. Se le publica «La Sandunga», donde se incluyen canciones típicas de Oaxaca, boleros y rancheras. Para el disco «El árbol de la vida», del año 2000, Lila crea un puente entre pasado y presente basándose en una fuente de inspiración que proviene del siglo XVI, el Codex Vindobonensis, que recoge la historia oral de la población mixteca, gente que según la tradición, nació de los árboles. Cantando en mixteco y en español, Lila funde la cumbia tradicional y las ranchera junto a mezclas eclécticas inspiradas por la vida en las fronteras. De hecho, la frontera será el tema principal de su siguiente disco, «Border», dedicado a todos los mexicanos inmigrantes, a su lucha, sus sufrimientos, el racismo... e, incluso, la muerte.

En la actualidad, presenta «La Cantina, entre copa y copa», un homenaje a la música de México, y prepara «Tortilla blues». Cinematográficamente Lila forma parte del elenco de actores que participa en «Fados», la última película de Carlos Saura.

La suave despedida del proyecto Amparanoia

Un doble cedé y dvd, «Seguiré caminando», recopila y recoge los doce años que Amparanoia lleva entre los ensayos, los estudios y la carretera. Un trayecto en el que ha ofrecido alrededor de 2.000 conciertos, cinco discos de estudio, un recopilatorio y la presente obra. Tiempo suficiente para quemar una etapa de su vida y dar aliento a un nuevo proyecto: «Ahora necesito contar otras historias, cosas que han pasado en mi vida. Contar y cantar de otra manera, por mí misma, buscar nuevos registros en mi voz y en mis canciones, investigar cómo expresarme de otra manera», apunta Amparo Sánchez, Amparanoia.

P. C.

Ficha

Lugar: Campo de Fútbol Larrea de Zornotza.

Fecha: Hoy, jueves 24 de julio.

Precio: 15 euros anticipada y 20 euros en taquilla.

Hora: 22.00 h.

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