La Clínica Universitaria de Navarra ha realizado, de forma pionera en Euskal Herria, una nueva técnica de reconstrucción mamaria que se basa en la utilización del tejido del muslo de la misma paciente. Hasta hace nueve años, sólo se practicaba una operación similar utilizando tejido abdominal.

La nueva técnica está indicada para las pacientes que, tras haber sufrido una mastectomía (extirpación parcial o total de la mama como consecuencia de un cáncer), se decantan por la restauración a partir de tejidos propios y no de prótesis, pero a las que su delgadez les impide la práctica de la técnica tradicional, la realizada a partir del tejido del abdomen.

En la rueda de prensa que se llevó a cabo ayer en Iruñea, el doctor Emilio García Tutor, director del equipo de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética que ha realizado la intervención, explica que esta técnica está también dirigida a las mujeres a las que no se recomienda la utilización de prótesis mamarias por haber recibido previamente algún tratamiento de radioterapia, ya que «minimiza las complicaciones en aquellas pacientes que han sido radiadas previamente».

El proceso quirúrgico comienza con la extirpación del deniminado «colgajo TMG», que se compone de piel, grasa y músculo gracilis, situado en la cara anterior de cada uno de los muslos, además de su respectiva vascularización (vena y arteria). Una vez extraído el colgajo, se lleva a la zona mamaria, donde tras darle la forma deseada, se realiza la reconstrucción, mediante la anastomosis (conexión quirúrgica) a los vasos receptores.

Este centro hospitalario de Nafarroa lleva nueve años practicando la técnica tradicional a partir del tejido abdominal y en marzo realizó, por primera vez también en el Estado español, la nueva técnica de recreación.

Numerosas ventajas

El doctor García Tutor subrayó ante los medios de comunicación que este tipo de intervención cuenta con «numerosas ventajas».

Por una parte, el hecho de que el músculo gracilis se encuentre en cada uno de los muslos permite realizar la reconstrucción de las dos mamas en tiempos quirúrgicos distintos, en caso de que, por ejemplo, aparezca un nuevo proceso canceroso en la glándula sana, algo que no puede hacerse con el método tradicional. Además, la reconstrucción mediante el colgajo TMG puede realizarse en la misma intervención que la mastectomía, manteniendo a la paciente en la misma postura para extirparle el músculo de la cara interna del muslo.

La operación, según indicaron los integrantes del equipo, no tiene consecuencias adversas para la extremidad ya que no afecta a su marcha ni su funcionalidad. Por ello, García Tutor tildó al músculo gracilis -del que es extraído el tejido reconstuctor- de «prescindible». La cicatriz que deja la intervención queda «perfectamente oculta», también en palabras del doctor, ya que la extirpación se realiza en la cara interna del muslo, en un pliegue natural del cuerpo.

En cuanto a la reconstrucción de la mama, señaló que ésta genera un comportamiento, un tacto y una apariencia «natural, muy similar al de la mama sana», y añadió que la evolución de su volumen es la misma que la del cuerpo de la mujer intervenida. «Adelgaza o engorda al mismo tiempo», puntualizó.

Por su parte, la doctora Cristina Aubá, integrante del mismo equipo quirúrgico que realizó la intervención, comentó que una de las ventajas de esta técnica es que la paciente «no va a tener que ser intervenida quirúrgicamente para cambiarle el material», en referencia a algunos implantes en boga.

La novedosa intervención realizada por la Clínica Universitaria de Navarra, que tiene menor duración que la tradicional, se ejecutó en el mes de marzo y, según informó el director del equip, la evolución de la paciente ha sido «muy buena» desde entonces .