El Tour en los Alpes
Sastre aprovecha su última opción y logra la etapa y el maillot amarillo
Carlos Sastre aprovechó su última oportunidad para intentar ganar el Tour que le daba Alpe d'Huez y la fortaleza del CSC. Ganó la etapa reina y se colocó como nuevo líder con una ventaja de 1.34 sobre Cadel Evans de cara a la crono del sábado que decidirá la prueba. Samuel Sánchez dio a Euskaltel un segundo puesto en la cima en la que logró su último triunfo en el Tour de 2003 y se colocó octavo en una general sin diferencias en la que todo se decidirá el sábado.
Joseba ITURRIA | ALPE D'HUEZ
Carlos Sastre salía ayer del autobús del CSC muy concentrado, como todos sus compañeros. Besó a Alejandro Torralbo, su mecánico, y fue a la salida con sensaciones especiales porque sabía, como todo su equipo, que la de Alpe d'Huez era su última oportunidad para ganar este Tour. Su dureza y la superioridad del CSC estaban de su lado y Sastre no perdió un segundo.
Atacó nada más comenzar la subida. Su primer ataque sólo encontró la respuesta de Menchov, que estuvo a punto de pagarlo caro porque quedó descolgado de los favoritos en la parte inicial del puerto. Lanzó un segundo ataque y nadie respondió. A partir de ahí, Sastre abrió distancias progresivamente sin que Evans reaccionara. Fue el austríaco Köhl el que más responsabilidad asumió en la caza en la parte inicial hasta que vio que iba al límite y que era mejor ceder la responsabilidad a otros.
Pero los demás iban igual y nadie quería gastar energías antes de tiempo. Así, fue Goubert, uno de los tres corredores del Ag2R, el que marcó el ritmo del primer grupo, con lo que la diferencia crecía. Hubo un momento clave en un ataque de Valverde respondido por los Schleck, los más fuertes del grupo perseguidor, sobre todo Andy, que confirmó su gran futuro.
Evans sólo trabajó al final
Era la oportunidad de Frank de marcharse por delante, pero tampoco iba sobrado y los hermanso se limitaron a hacer el trabajo de marcaje hasta que Evans vio a falta de 3,5 kilómetros que el Tour se le escapaba cuando la desventaja superaba los dos minutos y tiró con todas sus fuerzas, las justas, para que en la meta fuera de 2.15. Eso le deja el Tour a mano porque 1,34 en una crono de 54 kilómetros no parece demasiada renta para el abulense, aunque el final de la etapa de hoy es duro y seguramente CSC volverá a intentarlo.
Detrás de Sastre llegó Samuel Sánchez, que dio el segundo puesto a Euskaltel y se colocó octavo en la general. Por contra, Astarloza tuvo un pésimo día y bajó al puesto 18 de la general. Rubén Pérez se coló en la escapada del día junto a Peter Velits (Milram), Di Gregorio (Française) y Schumacher (Gerolsteiner).
De los cuatro, primero se quedaron Rubén Pérez y Di Gregorio y en la ascensión a la Croix de Fer Velits descolgó también a Schumacher y pasó la pancarta con 1.15 sobre una veintena de corredores que aguantaron el fuerte ritmo de los CSC. Al ver que ninguno de los rivales se quedó en la subida, esperaron en la bajada a que se reincorporaran Cancellara, Gustov y Voigt para marcar un fuerte ritmo en los últimos 25 kilómetros para que todos llegaran con la luz de reserva encendida para que nadie pudiera responder a Sastre.
Peter Velits atacó en el kilómetro 3 y encontró la respuesta de Rubén Pérez (Euskaltel), Di Gregorio (Française) y Schumacher (Gerolsteiner), que formaron el cuarteto que lideró la carrera hasta que el pelotón impuso su fortaleza.
El equipo danés imprimió un fuerte ritmo en el penúltimo puerto de la Croix de Fer y en los últimos kilómetros de llano para conseguir que todos los hombres fuertes de la carrera llegaran cansados al inicio del puerto y preparar el terreno al ataque de Sastre.
Atacó nada más iniciarse la subida de Alpe d'Huez. Menchov intentó seguirle y lo pagó al quedar descolgado en el inicio del puerto. Nadie pudo responder al segundo ataque. Los hermanos Schleck hicieron de freno y los líderes no se atrevían a desgastarse.
El equipo Euskaltel vivió ayer una etapa en la que disfrutó de una alegría, y sufrío alguna decepción. Prueba de ello son los corredores Samuel Sánchez y Mikel Astarloza, cara y cruz en la dura jornada de ayer al llegar al Alpe d'Huez.
El primero de ambos se mostraba contento por la etapa en la que llegó a la meta en segunda posición. «Hace cinco años pensé que jamás volvería a Alpe d'Huez y hoy he sido segundo en la cima, no está mal el cambio. En el Tour de 2003 pasé un calvario en esta etapa y llegué fuera de control. Hoy las sensaciones han sido muy diferentes y, aunque he sufrido mucho, ha merecido la pena. Ya sé que del segundo no se acuerda nadie, pero para mí ha sido una prueba importante y estoy muy satisfecho».
Por contra, el corredor vasco del mismo equipo, Astarloza, se mostró decepcionado por lo que sucedió en una jornada en la que perdió tiempo: «Así es el Tour, tienes un día malo y lo pierdes todo. La verdad es que no esperaba este bajón. En la Croix de Fer me he quedado cuando aún iba un grupo grande y me he desmoralizado un poco, no era normal quedarse rezagado en ese momento. He perdido una minutada y ahora no tengo ganas de pensar en muchas cosas. Llevaba una trayectoria muy regular, pero hoy se ha roto».
El ganador de la etapa y nuevo líder del Tour Carlos Sastre, al que no le preocupa si la renta lograda será suficiente para mantener el maillot amarillo hasta París, se mostraba feliz. «Esto es parte de un sueño que se ha hecho realidad, algo con lo que he soñado toda mi vida», afirmó el madrileño. Por otra parte, afirmó que el ataque contó con el acuerdo de todo el equipo, incluido Franck Schleck, que hasta ayer vestía de amarillo. «Al principio del puerto le dije a Franck `voy'. En este equipo todos nos sacrificamos por todos y hoy han trabajado para mí».
Por su parte Franck Schleck, compañero de equipo de Sastre y hasta ahora líder de la prueba, se mostraba un tanto resignado al ceder el maillot y quedar relegado al segundo puesto. «Es una pena dejar el maillot amarillo pero me importa menos porque se lo dejo a Carlos Sastre, que es mi compañero. Teníamos que jugar la estrategia. Esto no ha terminado todavía», sentenció el luxemburgués.
I. S.
Confirmó ayer que deja el patrocinio tras el positivo de Riccó y la retirada del equipo del Tour, aunque intentará ayudar a que el proyecto siga. Scott, segundo patrocinador, anunció que seguirá para luchar contra el dopaje y dar oportunidades a los jóvenes.