El viernes por la noche, una potente bomba colocada bajo los bajos del coche de un miembro de las Brigadas Ezzedine al Qassam, brazo armado de Hamas, causó la muerte de cinco milicianos y de una niña de ocho años en una playa al este de la ciudad de Gaza. Según informó la cadena qatarí Al Jazeera, dos de los fallecidos eran Iyad al Hayya, sobrino de Khalil al Hayya, un alto dirigente de Hamas, y Amar Mosbeh, líder de las Brigadas Ezzedine al Qassam.

El vehículo estaba aparcado justo detrás de una pequeña tienda de campaña donde estaban los milicianos. La explosión, cuyo origen no ha sido desvelado, hirió a decenas de personas. Una de ellas falleció horas después, convirtiéndose en la séptima víctima mortal

Hamas, que acusó a al Fatah -movimiento al que pertenece el presidente Mahmoud Abbas- de estar detrás de este atentado, lanzó una vasta operación policial que se saldó con al menos 120 detenciones, la mayoría miembros de al Fatah, y registros en unas 40 sedes de este grupo y en asociaciones vinculadas a él. Una de las oficinas en las que entraron las fuerzas de seguridad fue la del diputado independiente Ziad Abu Amro, al que confiscaron su coche.

También arrestaron a un coronel que trabaja para los servicios secretos afines a Abbas y a personas no relacionadas con al Fatah, entre ellas, a Sawah Abu Safeh, cámara de la televisión alemana ARD, según informaron fuentes palestinas sin ofrecer más detalles al respecto.

En un comunicado emitido ayer, Hamas afirmó que «este acto criminal prueba que la llamada al diálogo lanzada en Ramallah -cuartel general de Abbas- fue una mentira diseñada para arrojar arena a nuestros ojos y ocultar una conspiración para matar y aterrorizar a nuestras fuerzas de seguridad».

En el masivo funeral por las víctimas del viernes, al Hayya, responsabilizó a al Fatah de «estar detrás de este crimen».

«Tenemos información de que algunos elementos están planeando atentados con bombas contra intereses y líderes de Hamas para mostrar un estado de anarquía», resaltó. Mientras, Mahmoud al Zahar, otro de los principales dirigentes del movimiento islámico, instó a al Fatah a «definir su posición. Debe de decir si está del lado de estos criminales o con el pueblo palestino, que se enfrenta al enemigo israelí».

Al Fatah, por su parte, negó cualquier vinculación «con las disputas internas de Hamas», acusando a militantes pertenecientes a las Brigadas Ezzedine al Qassam de planear las explosiones ocurridas en Gaza para provocar un conflicto interno.

Azzam al Ahmed, jefe del grupo parlamentario, salió al paso de las acusaciones de Hamas, asegurando que su «objetivo es confundir a la opinión pública».

De confirmarse la autoría de al Fatah, estos ataques serían uno de los brotes de violencia interna más graves ocurridos en Gaza en los últimos ocho meses.